Los tests de mitad de temporada que se celebraron en Barcelona el año pasado no dejaron indiferente a nadie. La tabla de tiempos de la última jornada de entrenamientos mostraba al equipo Marussia en primera posición. El equipo decidió montar el neumático superblando, cosa que no hicieron el resto de escuderías, y Max Chilton logró marcar el mejor registro. Esta referencia no se correspondía con la realidad, pero avisaba de que el equipo angloruso trataría de ir a por todas en Mónaco.
Pocas sorpresas se pueden esperar en la Fórmula 1 actual. ¿Alguien de verdad cree que un Sauber puede ganar una carrera en estos instantes? Anteriormente, esto no era tan insólito, pero ahora los equipos punteros tienen una gran ventaja con respecto al resto. Y más si hablamos de los equipos modestos que se unieron a la parrilla en 2010.
Pero Marussia logró el milagro. Manteniéndose alejado del peligro, con un gran ritmo y una estrategia a una parada menos, Jules Bianchi sumó dos puntos que supieron a gloria. Se convirtieron en el primer equipo nacido en 2010 que logró puntuar, logrando el objetivo que su más inmediato competidor, Caterham, no alcanzaría. Además, gracias a los puntos, superaron a Sauber en el campeonato de constructores y finalizaron en novena posición al final de año.
La situación cambiaría mucho desde entonces. Los graves problemas económicos comenzarían a azotar a Marussia. A ello se sumó el gran golpe que supuso el accidente de Bianchi bajo la lluvia en el Gran Premio de Japón. El equipo decidió participar en Sochi con un solo monoplaza en lo que sería su última participación de la temporada.
Marussia se declaró en bancarrota y su regreso parecía imposible. El equipo Haas F1 Team, cuyo objetivo es entrar en la Fórmula 1 el año que viene, decidió comprar su base de operaciones mientras que los anglorusos trataban de buscar un inversor que asegurara una situación solvente para la estructura. Finalmente, el inversor apareció y Marussia resucitó con su nombre original, Manor.
Manor regresa al Gran Premio de Mónaco, donde consiguió esos puntos tan valiosos que probablemente propiciaran la llegada de un inversor interesado. La situación es muy distinta a la del año pasado. No han podido desarrollar el coche de 2015 a tiempo, no tienen a ningún equipo en competencia directa y están muy atrás en comparación con el resto de escuderías. Sin duda, será complicado repetir el milagro del año pasado, pero en Mónaco puede pasar de todo.