Twitter (@SergioLilloF1)
Desde ‘SafetyCar’ hemos querido compartir extractos del texto que David Coulthard publicó en ‘The Telegraph’ hace unos días tras conocer la noticia del accidente de Michael Schumacher mientras esquiaba en los Alpes franceses con su hijo de 14 años. Rivales en la pista pero unidos por el deporte del motor desde hace años.
“Es maravilloso ver la respuesta que todo el mundo, tanto del deporte como fuera de él, ha tenido con el estado de Michael en las últimas 36 horas. En mi opinión, constituye un gran reconocimiento al estatus de Michael como una gran figura del deporte. Sólo espero y rezo para que él salga adelante para poder ver todas las cosas buenas que la gente está diciendo sobre él”, comenzaba el escocés.
“Lo cierto es que no creo que Michael haya recibido nunca el reconocimiento y el apoyo que sus increíbles logros merecen, y lo digo con el punto de vista que da el mirar atrás. Durante años, Michael fue el perfecto villano, sobre todo en este país (Gran Bretaña); alemán, por supuesto, asquerosamente eficiente, ultra agresivo…Mientras que otros grandes como Sir Jackie Stewart o Juan Manuel Fangio dejaban la puerta abierta a sus rivales cuando competían, por miedo a sufrir lo que sería un contacto fatal, Michael iba al máximo en pos de la victoria.
A veces superó los límites -me vienen a la mente Jerez 1997 y la Rascasse en 2006- y esas indiscreciones jugaron en su contra ante los puristas del deporte. Él fue marcado por algunos, entre los que me incluyo, como un campeón manchado. Pero no podemos discutir sus logros. Al final del día, él tenía las mismas reglas y los mismos comisarios en carrera que el resto de nosotros….y nos destruyó.
Podía ser enfurecedor. Tuve varios encontronazos con Michael, el más famoso en Spa 1998 después de colisionar en un asfalto mojado y entró enfurecido en el box de McLaren acusándome de querer matarle. Le pregunté más tarde, en la exasperación, si nunca se había equivocado con algo en algún momento de su vida. “No que yo recuerde”, me respondió. Para mí esto refleja la enorme confianza que él tiene en sí mismo. Es lo que le hacía un campeón.
Tengo que admitir, y de nuevo con el beneficio que da mirar hacia atrás, que nunca estuve a su nivel. Michael era la referencia para mi, ahora puedo verlo. Si le superaba, sabía que había hecho un buen trabajo. Él dio credibilidad a mi carrera deportiva.
Él era un duro competidor pero, al mismo tiempo, es un hombre familiar; generoso, bondadoso. Si eres parte de su círculo cercano, él es leal. Si no lo eres, te deja totalmente al margen. Nunca he sabido realmente a cuál de las dos partes pertenezco, pero nuestra relación con Mercedes-Benz significó que estuvimos juntos regularmente. Puede recordar claramente el ser invitado a las fiestas privadas de Michael después del GP de Alemania y estar sentados fumando unos puros con él, tras una noche de copas, hablando de lo realmente afortunados que éramos por hacer lo que amábamos.
Cuando Michael se retiró a finales de 2006, se me acercó y me sugirió que intercambiáramos los cascos. Nunca se me había ocurrido pedírselo. ¿Por qué habría querido intercambiarme el casco? Pero él sabía que yo los coleccionaba y tuve el honor de que me ofreciera el suyo. Creo que Michael habría tenido muchísimo más crédito hasta ahora si no hubiera quemado sus puentes tan radicalmente con la prensa británica, a la cual ha estado siempre muy cerrado, al menos durante la primera parte de su carrera. Creo que Sebastian Vettel ha aprendido de ello.
El regreso de Michael a Mercedes demostró que tenía un lado humano. Y de un modo divertido, cimentó su legado más que acabar con él. Mirándo cómo sufría por alcanzar a Sebastian, Fernando Alonso y Lewis Hamilton, no siempre por su culpa, demostró que el tiempo pasa para todos. Era muy fácil durante su primera trayectoria asumir que superaba a todos. Esas batallas a bordo del Mercedes nos dieron, ciertamente, una nueva apreciación de los increíbles niveles de consistencia que consiguió en sus primeros años.
El accidente de esquí ha conectado a Michael a todo el resto de nosotros a nivel humano por primera vez y para siempre. Él es un padre, como cualquier otro, con su mujer e hijos a su lado rezando para que se recupere. Lo horrible de esto es que, a menudo, tiene que pasar algo así antes de que digamos lo que realmente sentimos sobre alguien. Espero que en estos momentos, con Michael habiendo recibido una atención médica temprana y gracias a la atención que sigue recibiendo de la mejor manera posible, vuelva a salir victorioso.”