Adrian Newey se ha sumergido por completo en el diseño del monoplaza de Aston Martin para 2026 desde que se incorporó al equipo en marzo. El legendario ingeniero británico, de 65 años, trabaja a pleno rendimiento en el AMR26, un coche que será el primero de la nueva era técnica de la Fórmula 1 con su sello. “Cuando entro en esa fase de concentración tan intensa, apenas noto nada a mi alrededor. Toda mi capacidad está centrada en diseñar un coche rápido”, ha comentado en declaraciones a F1-Insider.
El tiempo, sin embargo, juega en su contra. Mientras la mayoría de equipos comenzaron el desarrollo de sus coches de 2026 a principios de año, Aston Martin se subió tarde a ese tren. Newey lo admite sin rodeos: “Hasta marzo se había hecho muy poco para 2026. Desde entonces, el trabajo ha sido enorme”. Aun así, no es una situación desconocida para él: ya la vivió en McLaren en 1997, también en un periodo de grandes cambios normativos.
Actualmente, su enfoque está en las áreas del coche que no pueden modificarse una vez comience la temporada: la suspensión delantera y trasera, el tamaño del depósito y la distancia entre ejes. “El resto del coche —como la carrocería o las alas— podremos ajustarlo más adelante. Pero ahora necesitamos tomar buenas decisiones estructurales”, asegura. Eso, sumado a unas herramientas de simulación aún por pulir, complica el desarrollo.
La normativa técnica de 2026 ha sido señalada por muchos como demasiado limitante, pero Newey cree que aún hay hueco para la creatividad. “Al principio pensé que había muy poco margen, pero al estudiar los detalles he encontrado cierta flexibilidad”, confiesa. De hecho, espera que las primeras interpretaciones de cada equipo sean muy distintas entre sí, aunque pronostica que con el tiempo todo se estandarizará.
Aston Martin tiene por delante el reto de llegar preparado al nuevo ciclo técnico, y confía en que la experiencia de Newey sea el impulso que necesitan. Si el británico logra repetir la magia que ya consiguió en Red Bull, McLaren o Williams, el proyecto de Silverstone podría convertirse en uno de los más competitivos de 2026.