La cuenta atrás para el debut oficial de Audi en la Fórmula 1 ya ha comenzado, y el fabricante alemán ha decidido reestructurar por completo su equipo con el objetivo de llegar lo mejor preparado posible a 2026. En este nuevo organigrama, Mattia Binotto adquiere un rol estratégico: será el responsable del desarrollo general del monoplaza, con especial énfasis en la integración del chasis y la unidad de potencia.
Binotto, que hasta ahora ejercía como director técnico y de operaciones, abandona esos cargos para centrarse en afinar los procesos entre departamentos y garantizar una evolución tecnológica eficaz y cohesionada. Audi busca optimizar la sinergia entre sus distintas instalaciones: la sede de Sauber en Hinwil, el centro de desarrollo en Neuburg an der Donau, y un nuevo complejo que está siendo construido en Inglaterra.
Por su parte, el británico Jonathan Wheatley, recién incorporado como jefe de equipo, se encargará exclusivamente de las operaciones en pista. Él y Binotto trabajarán codo a codo para liderar la conversión de Sauber en una escudería oficial bajo bandera Audi, una transición compleja tanto en lo técnico como en lo organizativo.
La compañía también ha reformado la estructura directiva de Audi Formula Racing GmbH. Adam Baker dejará su cargo como CEO, puesto que será eliminado. En su lugar, Christian Foyer asumirá la responsabilidad de operaciones, enfocándose en el desarrollo del sistema híbrido. Además, Stefan Dreyer será el nuevo director técnico y portavoz del equipo, consolidando así una dirección técnica renovada y con experiencia de cara al nuevo ciclo de normativas.