Carlos Sainz asegura que se siente como si su temporada hubiera tenido cuatro carreras, las cuatro últimas de 2017 con Renault. No es que dé por perdidas las 15 anteriores con Toro Rosso, equipo al que guarda mucho cariño, sino que estaba ya tan involucrado en su nuevo RS27 y en aprender todo lo posible del coche de Enstone, que el final en Abu Dabi le resultó incluso incómodo.
El madrileño está ante el año más importante de su carrera en la F1 y habla de su buena relación con Nico Hülkenberg, y que ambos harán avanzar a la escuadra gala en 2018. "Estoy seguro de que podemos crear una rivalidad muy positiva, lo que nos ayudará a tirar del equipo mucho más, con lo que creo que también Nico es optimista por tenerme a mí en el equipo. Hemos tenido ya oportunidad de hablar entre nosotros, y tenemos mucha similitud como pilotos, cosa que va a ayudar en todos los aspectos", asegura.
También tiene buenas palabras para su antigua escudería, porque "siempre te quedas con el lado humano de cada etapa de tu carrera. Me quedo con toda la gente del equipo, los que me han acompañado durante estos años, mis ingenieros, con los que construimos una relación muy buena. Obviamente lo que echas de menos es a la gente, pero somos vecinos puerta con puerta así que seguro que nos vemos por el paddock", señala Carlos.