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Durante la noche del domingo veintitrés de agosto falleció Guy Ligier, ex piloto de Fórmula 1 y conocido como fundador y jefe de su equipo homónimo. Durante dos décadas (entre 1975 y 1996) el equipo francés fue uno de los más vistosos de la categoría reina, además de haber llevado entre sus filas a algunos de los pilotos más carismáticos de la época.
Antes de dedicarse a la Fórmula 1, Ligier fue jugador del equipo internacional de rugby de su país. Con su corpulenta silueta y las ganancias logradas en el negocio de la construcción, comenzó su carrera deportiva como ‘gentleman driver’, compitiendo en un total de doce grandes premios con antiguos coches de fábrica Cooper-Maseratis y Brabham-Repco, los cuales destacaban por llevar ya por el panorama internacional el azul francés que llevarían sus coches más tarde. No obstante, sus sueños de piloto se cortaron cuando su amigo íntimo, Jo Schlesser, falleció en el Gran Premio de Francia de 1968 con el experimental Honda RA302 – un monoplaza que John Surtees se negó a conducir ya que lo vio como una trampa mortal. En efecto, en la segunda vuelta Schlesser se estrelló y el tanque de magnesio se incendió, acabando con su vida – Surtees se negó a correr en la carrera siguiente y marcó el final de Honda en la Fórmula 1 como equipo hasta 2006.
Así pues, Ligier cambió sus planes y, gracias a su pequeña fortuna en el negocio de la construcción y sus contactos en las altas esferas (reuniendo apoyo del gobierno de este modo), consiguió montar el famoso equipo a finales de 1974 una vez que Matra decidiera venderle su equipo (lo que quedó de la división deportiva fue comprado en 1979 por Peugeot y renombrado como Automobiles Talbot). Todos sus modelos llevarían las siglas JS en honor de Schlesser, comenzando por el deportivo JS1, el JS2 con motor Maserati y el sport prototipo JS3 con el Cosworth DFV – tanto el JS2 como el JS3 compitieron en las 24 Horas de Le Mans.
Para 1976 Ligier se centró en la Fórmula 1 con Jacques Laffite como piloto. En el Gran Premio de Suecia del año siguiente, con un motor Matra V12, consiguió la que se considera la primera victoria cien por cien francesa en la historia de la Fórmula 1. Cuando Peugeot compró Matra en 1979, Ligier pasó a utilizar motores Cosworth, comenzando la temporada con dos victorias consecutivas para Laffite. No obstante, el ascenso de Ferrari y Williams no les permitió luchar por el título. Como escribe Maurice Hamilton para ESPNF1.com, Ligier mantenía la imagen de equipo familiar, con Guy a menudo visto con un cigarro en una mano y una copa de coñac en la otra.
Durante los ochenta su forma pasó a ser la de un equipo de mitad del pelotón, aún montando motores Renault turbo y contando con el patrocinio de Lotos, Gitanes y Elf. Después de Renault llegaron Alfa Romeo, Megatron (una versión modificada del BMW M12), Judd, de nuevo Cosworth, para entrar en los noventa con motores Lamborghini, Renault y Mugen-Honda de fábrica. Aún con pocos fondos, el equipo se defendió en los noventa gracias a los diseños del experto aerodinámico Frank Dernie y el ingeniero Loïc Bigois. Tras el año 1992 Ligier vendió el equipo a Cyril de Rouvre y se dedicó al negocio de los fertilizantes, mientras que el equipo arañó varios podios en los años siguientes gracias a los motores Renault – y los servicios de Olivier Panis y Martin Brundle, entre otros.
En su último año, con Panis y Pedro Diniz, montaron los Mugen-Honda, contaban con un JS43 capaz de dar buenas carreras, destacando la victoria sorpresa en el Gran Premio de Mónaco – primera victoria de un equipo y piloto francés desde René Dreyfus en 1930, además de ser la novena y última para Ligier. El equipo fue vendido al final de la temporada a Alain Prost, quien lo dirigió hasta su bancarrota a principios de 2002. Mientras tanto, Ligier llevó una vida más tranquila hasta su fin el pasado domingo.