Después de convertirse en campeón del mundo de karting en 2013, Max dio el salto a monoplazas al año siguiente. El talento del joven neerlandés tuvo tanto impacto mediático que Frits van Amersfoort le fichó para que compitiera en su equipo en el campeonato de Europa de Fórmula 3.
Esa enorme competitividad vista en el karting se mantuvo intacta cuando se puso al volante de estas nuevas máquinas y la prueba de ello fue su tercera posición en la general, sus diez victorias, 16 podios y siete poles en 32 carreras.
En aquel entonces, el antiguo jefe de Verstappen había descubierto un diamante en bruto. "Durante esa campaña [2014], dije que Max se convertiría en campeón del mundo algún día, no tenía dudas. Max no ha cambiado entre antes y ahora, siempre empuja y va al límite, solo se detiene cuando está en meta. Las acciones que tuvo con nosotros en 2014 son similares a las que enseña ahora en F1. Ahora lo hace delante de millones de personas, pero estuvo preparado para entrar en F1 después de dos carreras en Fórmula 3", sentencia Frits en una entrevista realizada por RacingNews365.