La Fórmula 1 ha implementado cambios significativos en el circuito urbano de Las Vegas para garantizar la seguridad de los pilotos, tras el accidente sufrido por Carlos Sainz en la edición anterior. Durante los entrenamientos libres de 2023, una tapa de alcantarilla mal asegurada en la recta principal provocó un fuerte impacto que dañó gravemente el Ferrari del español, retrasando el programa y dejando vacías las gradas en la FP2.
Este año, la organización y la FIA han repavimentado o reforzado con anclajes más pesados un gran número de tapas de alcantarilla a lo largo del trazado. Aunque no fue posible intervenir en todas debido a la funcionalidad urbana de la vía, se han realizado ajustes como la alineación de los muros del pitlane para mejorar la seguridad. Carlos Sainz se mostró esperanzado: "Espero que todo se haya arreglado, será mejor para la carrera, para los pilotos y para la seguridad".
Ferrari llega con buenas expectativas gracias al diseño de su SF-24, que podría destacar en las curvas lentas y largas rectas del circuito. Sin embargo, las bajas temperaturas nocturnas representan un desafío significativo para la gestión de neumáticos, un aspecto que Sainz reconoce como una debilidad del equipo: "Por muy buena que parezca la pista sobre el papel, las temperaturas nos plantean un gran reto".