Durante la primera jornada en Baréin, Lewis Hamilton no estuvo en sintonía con su W13, no estuvo cómodo y el feedback era negativo. Él mismo reconoció que hubo un fallo en la temperatura de sus frenos delanteros, mientras uno estaba más frío, el otro entraba en temperatura, por lo que no podía apurar todo lo que hubiera deseado.
Con esta primera experiencia en los entrenamientos, el heptacampeón del mundo se quita la etiqueta de favorito para este fin de semana al decir que Red Bull y Ferrari están por delante. Aunque Mercedes ha demostrado en el pasado que siempre da un golpe sobre la mesa cuando llega a Q3.
"Por el momento, no estaremos en la carrera por la victoria, Red Bull está a ocho o nueve décimas por delante y Ferrari está a medio segundo. Estoy tranquilo, simplemente intentaré dar lo mejor que pueda y extraer todo del coche. No es lo ideal, pero trabajaremos juntos para solucionarlo. No estamos enganchando como la gente asume, trabajaremos duro y haremos lo que podamos".