Las posiciones de la parrilla nos aseguraban una batalla intensa tanto por la victoria entre Lewis Hamilton y los Red Bull como dentro de la zona media. Uno de los duelos destacables de la carrera fue entre Ferrari y McLaren, la tercera plaza en Constructores es el objetivo para ambos equipos y la intensidad fue alta hasta el final. El punto de mira no solo estaba puesto en estos dos focos, sino que también había que estar atento a todos aquellos que buscaban terminar dentro de los puntos, como era el caso de las 4A (Alpha Tauri, Aston Martin, Alpine y Alfa Romeo).
Batalla Red Bull-Mercedes y Verstappen-Hamilton
Una vez se apagaron los semáforos, Hamilton había tenido unos primeros metros mejores que los de Verstappen, el neerlandés intentó proteger el liderato con todo su ser hasta la llegada a la curva 1, pero fue imposible. A pesar de haber perdido la pole, Max tenía claro que no iba a perder terreno, así que siempre estuvo a un segundo del británico, aunque no encontró la oportunidad para lanzar el coche. Con el incremento del desgaste de los neumáticos, Red Bull intentó un undercut, Mercedes no cayó en la trampa por lo que continuaron en pista hasta que Pérez paró más tarde y este fue el suceso que obligó a que Hamilton parara.
Gracias a esta jugada, Max fue capaz de recuperar la primera posición y, además, con una ventaja de seis segundos. El ritmo de Hamilton con los Duros era tan competitivo que Red Bull tuvo que reaccionar para no perder la victoria, así que optaron por una nueva parada y así llegar hasta el final. La velocidad del RB16B era tan superior que los estrategas de Brackley estuvieron forzados a llamar a Lewis de nuevo. Al contar con neumáticos más frescos, el heptacampeón tenía una velocidad tan sorprendente que era poco probable que Max aguantara en cabeza hasta el final. Contra todo pronóstico, tenía un as bajo la manga, siendo determinante para mantener detrás al británico hasta la bandera a cuadros. La estrategia había jugado un papel fundamental, pero la calma y la calidad al volante de Max hizo que se alzara con el triunfo.
Sainz estuvo en lucha contra los McLaren desde el principio
Todo el espectáculo no estuvo concentrado en la lucha por la victoria, por detrás hubo batallas emocionantes como la de Sainz contra los dos McLaren. Daniel Ricciardo y Lando Norris salieron con todo para superar al español, a pesar de que se defendió de los numerosos ataques de ambos MCL35M, el australiano sí logró adelantarle, mientras que el británico no. Desde ese momento hasta el periodo de las primeras paradas, el ritmo de Carlos con los Blandos fue disminuyendo, por lo que Ricciardo se iba alejando. Ambos pararon en la misma vuelta, a partir de ese instante, la competitividad del Ferrari aumentó con creces tras el cambio de gomas y estuvo a un segundo de Ricciardo, pero no hubo cambio de posición. Uno de los momentos críticos de la carrera fue el segundo pit stop. Ferrari intentó efectuar un undercut sobre su adversario, no solo no tuvo el beneficio que buscaban, sino que salió mal debido a un error en la rueda trasera derecha provocando que Carlos perdiera terreno con el McLaren.
De todas formas, el español no se dio por vencido en ningún momento, empujó todo lo que pudo su SF21 hasta encontrarse en el punto que estaba antes de la parada, a un segundo. En la vuelta 42, el Cavallino Rampante estuvo a punto de adelantar a Ricciardo por el exterior de la curva 13, pero el australiano le cerró la puerta bruscamente lo que provocó que se tocaran y parte del alerón delantero del SF21 estaba ligeramente dañado. Esta lucha tan intensa desencadenó que Bottas se acercara con gran velocidad y, en la última vuelta, el finlandés logró arrebatar el sexto puesto al español. La carrera de Carlos había sido difícil desde la salida al tener que lidiar con los dos McLaren hasta los últimos compases.