Hace apenas unos días se anunció uno de los fichajes más sorprendentes del año: Daniil Kvyat se convertía en piloto de desarrollo de Ferrari, lo que lo hace candidato a reserva y sustituto en caso de que Sebastian Vettel o Kimi Räikkönen, por el motivo que sea, no pudieran correr un Gran Premio. Significa además que Kvyat permanece ligado a la Fórmula 1 en vez de buscar opciones en otras disciplinas lejos de la categoría reina como en otros casos.
El ascenso y caída de Kvyat ha sido, cuanto menos, curioso: debutando junto a Jaime Alguersuari en 2014 en Toro Rosso, fue ascendido a Red Bull al año siguiente y logró incluso batir a Daniel Ricciardo en puntos – pese a que no ha logrado ninguna victoria. 2016 parecía prometedor, pero empezó de manera accidentada, llegando a tener varios accidentes en las salidas y primeras vueltas de carreras como Malasia o Rusia – en varios casos contra Vettel, con quien ahora compartirá equipo.
Esto llevó a Helmut Marko propiciara un cambio entre Kvyat y Max Verstappen, mandando al adolescente a Red Bull y al ruso de vuelta a Toro Rosso con Carlos Sainz como compañero. Mientras que Verstappen logró su primera victoria de inmediato y fue capaz de plantar cara a Ricciardo, Kvyat no fue capaz de traducir su mayor experiencia frente al joven madrileño.
En 2017 su forma no ha ido a mejor, volviendo a estar involucrado en varios accidentes por tratar de pelear más de lo que debía: ejemplos claros son los de Austria o Gran Bretaña, donde se llevó puesto al propio Sainz. Antes siquiera de que acabase la temporada Kvyat fue relegado al banquillo a favor de Pierre Gasly y, aunque volvió y marcó un punto en el Gran Premio de Estados Unidos, Kvyat fue sustituido de nuevo por Brendon Hartley y apartado del programa junior de Red Bull.
Ya ha habido antecedentes en otras épocas de que se puede rescatar con éxito una carrera en Fórmula 1: un ejemplo es el de Martin Brundle, condenado a equipos del final de la parrilla a finales de los ochenta tras mostrar promesas en sus primeros años – una lesión en el pie siempre le lastró, ya desde sus inicios con Tyrrell – y decidió marcharse a la resistencia. Unos años después estaba de vuelta como ganador de las 24 Horas de Le Mans y logró correr con equipos como Benetton (junto a Michael Schumacher, nada menos), McLaren y Jordan antes de convertirse en uno de los mejores comentaristas que ha tenido la Fórmula 1 en su historia, iniciando los ‘Grid Walks’ que conocemos hoy día.
Ahora bien, ¿significa que tendrá una nueva oportunidad con Ferrari de regresar a lo más alto? No tiene por qué. Ni siquiera significa se vislumbra ahora la posibilidad de estar en algún equipo B de la Scuderia, sea Haas o Sauber Alfa Romeo, de hecho no se han especificado las tareas que desempeñará el ruso en este 2018. Como antecedente está lo que le ocurrió en 2015 a Jean-Eric Vergne: también fue piloto de desarrollo de Ferrari, pero su trabajo se limitó sobre todo a sesiones en el simulador. Vergne acabó recalando en la Fórmula E, como han hecho otros ex pilotos de Fórmula 1 como Alguersuari, Nelson Piquet Junior, Sébastien Buemi, Nick Heidfeld, Bruno Senna, Karun Chandhok u otros.
En recientes declaraciones, Mark Webber – ex piloto de Red Bull – cree que el programa de jóvenes pilotos se ha vuelto más blando en los últimos años. De hecho, Hartley llegó a estar en el programa junto a Kvyat, pero acabó saliendo para después unirse a Porsche y ganar las 24 Horas de Le Mans. Sea cierto o no que se hayan suavizado sus criterios, lo cierto es que ahora tiene a dos estrellas en Red Bull, dos pilotos jóvenes con talento en Toro Rosso y poco hueco más disponible – de hecho, tienen asiento para Gasly y Hartley después de que Sainz se haya marchado a Renault como acuerdo por cambiar Toro Rosso a motores Honda.
Otra cuestión es, ¿qué puede aportar Kvyat a la Scuderia? Trae los conocimientos de Red Bull y bastante velocidad innata, pero Ferrari puede llegar a atraer a cualquier piloto: otros candidatos en años anteriores han sido Nico Hulkenberg o Romain Grosjean. Si es por cuestión de pilotos jóvenes, también están promesas como Charles Leclerc o Antonio Giovinazzi, dos pilotos que en estos momentos están en Sauber (uno como oficial y otro como reserva después de haber hecho dos carreras con ellos).
Aunque es bueno que la Fórmula 1 no pierda a un talento como Kvyat tan de repente, lo importante es que desempeñe una labor activa – eso ya es decisión de las altas esferas de Ferrari. Kvyat sonó también como candidato para sustituir al retirado (esta vez sí) Felipe Massa en Williams, pero todo apunta a que será el también ruso Sergei Sirotkin el que se quede con ese puesto.