Desde el Gran Premio de Azerbaiyán, Red Bull ha experimentado una caída en el Campeonato de Constructores que parecía impensable. El equipo, que había mantenido una posición dominante desde el Gran Premio de España de 2022, ahora se ubica en la tercera posición tras el Gran Premio de México, por detrás de McLaren y Ferrari. Esta caída pone en duda la posibilidad de que el equipo recupere su lugar en el podio de constructores al finalizar la temporada.
La competencia de McLaren y Ferrari se ha vuelto intensa, y el doblete de Ferrari en Austin anticipaba que Red Bull perdería otro puesto. En México, la marca de bebidas energéticas volvió a ceder terreno, situándose en una posición que resulta inusual para un equipo que ha dominado de forma continua en los últimos años. Este descenso se ha vuelto evidente en los recientes duelos en pista, donde el equipo no ha logrado mantener el nivel de rendimiento esperado.
El jefe de Red Bull, Christian Horner, ha intentado justificar la situación, incluso mostrando datos de GPS y telemetría tras el GP de México, afirmando que el ritmo de Lando Norris en la curva 4 no era sostenible a largo plazo. Sin embargo, el enfoque en datos no cambia la realidad en la clasificación: Red Bull ha dejado de ser la referencia, y el dominio que una vez tuvieron parece cada vez más lejano.
A medida que avanza la temporada, las opciones de Red Bull para recuperar el liderazgo en el Campeonato de Constructores parecen disminuir. La estrategia de cara a 2025 podría ser clave para restablecer su hegemonía en la Fórmula 1, aunque por ahora la batalla se centra en mantener al menos una posición competitiva entre los tres mejores.