El RB18 era una máquina capaz de luchar por poles y victorias desde el primer momento, pero su principal punto débil era su fiabilidad. El doble abandono en Baréin y el de Verstappen en Australia habían tensado al equipo de Milton Keynes porque veían que Ferrari era competitivo y cada vez estaban más lejos en ambos campeonatos. El punto de inflexión tuvo lugar en el GP de Emilia Romaña, la fiabilidad les empezó a respetar más y esto les permitió sumar resultados contundentes de manera consecutiva.
Este factor sumado a los diversos errores de pilotaje, estrategia y fiabilidad de la escudería de Maranello dio como resultado que Red Bull estuviera en crecimiento constante con el paso de los Grandes Premios. Con los resultados en el pasado fin de semana de Hungría, Verstappen cuenta con un margen de 80 puntos sobre Charles Leclerc, mientras que en constructores la ventaja de los austriacos es de 97 puntos sobre los italianos. Checo Pérez está orgulloso por la remontada que ha hecho su equipo desde principio de año, pero reconoce que no pueden dormirse en los laureles porque aún hay 9 carreras por delante.
"No me podía imaginar que estaríamos donde estamos, pero no podemos dar nada por hecho. Después del comienzo de la temporada, fue muy importante para el equipo (lograr el doblete en Imola), aunque es más importante seguir empujando. Tenemos mucho trabajo que hacer porque la segunda mitad de la temporada va a ser muy intensa", concluye el mexicano en palabras recogidas de una entrevista publicada en la página de Red Bull Racing.