Sólo faltaba el día de la carrera en Laguna Seca para terminar el año y Alex Zanardi pensaba que la temporada había sido todo un carrusel de emociones. La segunda oportunidad en su carrera deportiva había venido de la mano de Ganassi en la CART americana, tras unos años complicados con Lotus en Fórmula 1. Aunque la trayectoria durante la temporada era claramente ascendente en cuanto a rendimiento, tenía una espina clavada por la cantidad de problemas que le habían alejado del título.
La dificultad de aprender a ser rápido en los diferentes tipos de óvalos, lidiar con el difícil carácter de Chip Ganassi, incidentes con los doblados, choques con las barreras y sobre todo la muerte de Jeff Krosnoff en Toronto habían hecho la temporada más difícil de por sí, para un rookie como Zanardi.
Alex había demostrado ser un piloto rapidísimo, superando en velocidad varias veces a su compañero, el norteamericano y máximo aspirante al título Jimmy Vasser. El comienzo fue algo titubeante, pero una vez lograda su ansiada primera victoria en Portland todo pareció ir mejor. Estaba asentado en el equipo y todos creían en él, algo que no ocurría a principios de temporada.
El día anterior a la carrera, había logrado una gran pole position por delante de Herta, más meritoria si cabe porque tres pilotos se estaban jugando el título: su compañero Jimmy Vasser que lideraba la clasificación, Unser Jr. y Michael Andretti.
El Reynard-Honda de Zanardi funcionaba a las mil maravillas y por fin parecía que iba a tener suerte con “Midnight “, uno de los dos chasis que Alex había usado durante la temporada y con el que, por un motivo u otro, no había tenido suerte. Tanto es así que sus mecánicos lo bautizaron con este nombre, ya que cada vez que lo usaba tenían que quedarse hasta la medianoche para arreglarlo.
El coche pareció salir perfecto en la salida y Alex llegó sin problemas como líder a la primera curva. Apretó todo lo que pudo en las primeras vueltas y llegó a distanciarse con facilidad de Herta pero un Safety Car a las primeras de cambio arruinó toda su ventaja. Tras la primera parada y debido a una ampolla en un neumático, Alex perdió toda su renta y fue adelantado por Bryan Herta a final de la recta. Un accidente de Stefan Johansson también en la primera curva propició la segunda pasada por boxes para todos; en ese momento tanto Herta como Zanardi contaban con un juego nuevo de neumáticos y el italiano comenzó a tirar fuerte para recortar la ventaja de 10 segundos que tenía el norteamericano. Pocos giros después, Zanardi ya estaba en la estela del Reynard-Mercedes de Herta.
Chip Ganassi no dejaba de animar por radio, el jefe de equipo estaba al borde del infarto al ver a Vasser como virtual campeón rodando en tercera posición y por tener a Alex tan entregado en la lucha por la victoria. Las vueltas pasaban y era incapaz de adelantar a su rival, en Laguna Seca no hay puntos claros de adelantamiento y Herta se mantenía firme. A cuatro vueltas del final y en pleno acoso y derribo del italiano, éste se fue largo saliéndose de la pista pero controló el coche en el último momento. Poco le duró el susto a Zanardi, consciente de que presionar a tope a Herta era la única forma de pasarle, continuó el acoso. Ya en la última vuelta, todo parecía perdido pero Alex no se dio por vencido. Al llegar al famoso sacacorchos, Herta no cubrió el interior y Zanardi se tiró como un suicida al hueco. Con el coche recto, frenó a tope sin clavar neumáticos comiéndose por completo el piano interior y saliéndose de la pista, esquivando a última hora con un hábil volantazo a la izquierda de las protecciones. ¡Estaba por delante de Herta!
Las piernas le temblaban y al mirar por los retrovisores vio a Herta pegado a él. Tomó la siguiente curva rápida a derechas, volvió a mirar los retrovisores por si tenía que tapar el interior en la curva a izquierdas y lleno de emoción tomó la curva y aceleró a tope hacía la línea de meta. Su ingeniero de pista no dejaba de gritarle por la radio, podía ver a la gente de pié en las gradas aplaudiendo ¡Lo había logrado! ¡En la última vuelta del campeonato! ¡Menudo adelantamiento!
La fiesta no pudo ser más grande para los chicos de Ganassi tras lograr el título Jimmy Vasser. Pero el verdadero protagonista del día fue Alex Zanardi y esa excepcional maniobra que pasaría para siempre a los anales del automovilismo. Zanardi ya no volvería a ser el mismo, su reputación se había disparado por las nubes. Los títulos estaban a la vuelta de la esquina.