El expiloto de MotoGP, Jorge Lorenzo, relata desde la distancia cómo fueron sus días en la competición. El mallorquín se sincera contando cómo fue su comportamiento hasta conseguir sus objetivos. Ahora se alejó de la familia del motociclismo como piloto y su entorno reconoce su cambio de actitud. Pelear por campeonatos no es tarea sencilla y Lorenzo explica las formas que siguió para lograrlo, nunca dejó de querer más y eso le llevó a los límites.
"Desde luego, no fue fácil tratar conmigo, lo mismo que con los mecánicos, los ingenieros y también con algunos rivales. Tuve buenas salidas, apenas cometí errores y no caí demasiado a menudo. Eso es porque la concentración era uno de mis mayores puntos fuertes. Para los pilotos que no pudieron realizar sus sueños, supongo que es más difícil dejar este mundo de las carreras. Pero cuando has tenido 18 años de éxito como yo, es mucho más fácil decir adiós y disfrutar de todos los demás placeres que ofrece la vida, que son muchos. Por supuesto que te pierdes los momentos culminantes, nunca volveré a sentir esas emociones así, pero la vida también es un compromiso y es un deporte peligroso".
"Estoy contento con lo que he conseguido y también orgulloso de ello, no hay que lamentarse. Creo que todas las personas cercanas a mí están de acuerdo en que he cambiado mucho desde que dejé el deporte. Porque ahora puedo estar mucho más relajado, ya no tengo que presionar a la gente, tenía la costumbre de llevar a toda la gente al máximo. Y ahora ya no tengo que hacerlo, mi vida es muy relajada, puedo levantarme cuando quiera, configurar mi plan anual como quiera, sin ningún tipo de estrés. Antes, siempre estaba muy centrado, a veces muy enfadado, siempre quise más, me llevé a mí mismo y a la gente que me rodeaba al límite, así era yo, a mí me ha funcionado".