Marc Márquez llega al GP de Italia tras las buenas sensaciones de Le Mans. Pese a la doble caída en el circuito francés, el piloto del Repsol Honda volvió a liderar una carrera y recordó al de antes de la lesión. Pero eso fue en lluvia y en un trazado menos exigente. Este fin de semana afronta una carrera muy dura en Mugello, y el catalán quiso dejar claro en la rueda de prensa del jueves que aún no está en plenas condiciones y que será complicado.
Tras dos años sin correr en el trazado italiano, el Mundial vuelve al “Autódromo”. “El año pasado no corrimos en Mugello, bueno, yo no corrí en ningún circuito casi”, bromeó el ocho veces campeón del mundo. “Es bonito volver aquí. Es un circuito difícil que demanda mucha parte física. Es complicado encontrar las mejores líneas y la velocidad, pero trataremos de hacer nuestra carrera. Sabemos que en este circuito tendremos que luchar mucho porque empezamos con una limitación física y eso lo notaré".
“Donde sufro más es en los cambios de dirección, y este circuito tiene cambios de dirección en todos los sectores. Así que tendré que empezar con un perfil bajo y a partir de aquí tratar de afrontar los entrenamientos de una manera diferente a lo habitual”, apuntó el de Cervera.
Sobre la posibilidad de subirse al podio, Márquez quiso ser precavido. “Mi realidad ahora es que tengo unas limitaciones, sobretodo en mi hombro derecho. Tenemos que entender todo esto y ser conscientes, porque mi instinto trata de ser más rápido. La velocidad la tengo en la cabeza, pero el problema es que aún no estoy preparado para usarla toda. Es una lucha complicada contra mi mente, pero tengo que trabajar bien”, zanjó el piloto del Repsol Honda.