Tras tres semanas de parón, el Mundial de MotoGP se prepara para que los motores vuelvan a rugir, con el objetivo de rehacerse de todo lo que ocurrió en el fatídico último Gran Premio, disputado en el Circuit de Barcelona – Catalunya.
Allí, en un domingo teñido de luto, Valentino Rossi dio un golpe en la mesa y venció tras una gran lucha con Marc Márquez, con quien firmó la paz tras la carrera, y aprovechó para olvidar la decepción que cosechó de su circuito de casa, Mugello.
Así, el nueve veces campeón del mundo llega a un circuito talismán para él, en el que ha vencido en nueve ocasiones, siete de ellas en la categoría reina (2002, 2004, 2005, 2007, 2009, 2013 y 2015). Tras este periodo sin actividad en la pista, el piloto italiano llega a Assen muy motivado, en la búsqueda del triunfo, pero admitiendo que la balanza puede decantarse para cualquiera: “He aprovechado este parón para descansar un poco, y ahora estoy preparado para la próxima carrera. Me encanta Assen, es una de mis pistas preferidas, pero eso no significa nada porque todas las carreras de este año están siendo muy abiertas, y muy inciertas. Sólo tenemos que estar concentrados, intentar trabajar de la mejor manera posible y ver qué pasa.”
Además, Rossi habló de lo ocurrido en Montmeló, donde ganó la carrera y tanto él como su equipo sacaron conclusiones positivas del test que tuvo lugar el lunes siguiente: “En Barcelona, tuvimos una buena carrera y los test también fueron bien. Realmente, tengo ganas de volver a la pista y prepararme para la próxima carrera con mi equipo.”
Rossi afronta la octava carrera del año como tercer clasificado en la clasificación de pilotos, con 103 puntos, a 12 de su compañero de equipo, Jorge Lorenzo, y a 22 del actual líder del Mundial, Marc Márquez.