Yamaha se vio obligada a pedir perdón a sus pilotos por las malas prestaciones que estaban ofreciendo a sus pilotos, una solución necesaria a corto plazo ya que la paciencia de los pilotos no es infinita. El Mundial es un imposible pero lo que realmente preocupa al equipo es el factor psicólogico negativo que puede crear a nivel mentan en los pilotos toda esta situación.
Los pilotos necesitan divertirse encima de la moto para sacar el mejor rendimiento, situación que no ocurre en Yamaha a día de hoy. "Ha sido el peor fin de semana desde que estoy en MotoGP. Ni en 2015 lo pasé tan mal. Hay que hacer un 'reset'. Yo intento estar animado, hago lo que puedo". Estas eran las duras declaraciones del piloto español, prácticamente resignado ya que lo está pasando mal. Sus declaraciones de cara a la siguiente carrera no reflejan ilusión ni espera nada del otro mundo. "Silverstone me gusta mucho, pero estoy limitado por la moto. No puedo hacer más. Llegaremos hasta donde nos deje la moto".