Ander Vilariño llegó a la última cita de la temporada con una ventaja que le permitía ser precavido. Aunque por muy precavido que sea un piloto, no hay forma de evitar ser golpeado por otro piloto o ser daño colateral de un accidente de terceros.
El tricampeón de la Euro NASCAR vivió una situación límite al final de la primera prueba del fin de semana, cuando el belga Tim Verbergt y el hijo del campeón de Formula 1 Mathias Lauda, piloto oficial de Aston Martin en resistencia y ex piloto de Mercedes en el DTM tuvieron un enganchón que los acabó mandando al muro. Con ambos coches volviendo rebotados hacia la trazada y todos los restos del accidente volando por todas partes, Vilariño consiguió pasar entre medias de ambos accidentados, librando un accidente.
El accidente, que le hubiera dejado fuera de carrera, podría haberle provocado daños que le impidieran competir en la última carrera, como les ha ocurrido a los dos protagonistas, lo que le hubiera costado el título de campeón a Vilariño a favor del israelí Alon Day. Tal y como el mismo piloto declaró, uno de los momentos de mayor fortuna en su carrera deportiva.