Antes de la carrera de Baréin, el equipo Ferrari había tenido que montar el segundo elemento del sistema de almacenamiento de energía y la segunda electrónica de control en el monoplaza de Charles Leclerc. En la última sesión de este GP, el monegasco no había tenido el ritmo para suponer una amenaza para los Red Bull, pero sí tuvo el necesario para no estar preocupado por sus perseguidores, por lo que la tercera posición parecía asegurada. Sin embargo, una repentina pérdida de potencia en la vuelta 41 hizo que tuviera que detener su SF-23, siendo el primer varapalo para el equipo italiano.
Debido a este fallo de fiabilidad, los de Maranello estuvieron obligados a colocar el tercer elemento de la electrónica de control en el coche del subcampeón del año pasado. Como el límite permitido por la normativa es de 2, en el GP de Arabia Saudí contará con una penalización de 10 posiciones en la parrilla de salida.
En el comunicado de Ferrari previo a la segunda cita de 2023, Frédéric Vasseur, director deportivo de la escudería, había sido el encargado en desvelar este cambio de componentes y también la penalización. "Estamos trabajando para extraer el máximo de nuestro paquete en términos de control y fiabilidad. Encontramos la causa del problema que detuvo a Charles en Sakhir, usaremos la tercera electrónica de control en su coche, lo que significa que recibiremos una penalización en parrilla".