Cerca del ecuador de la carrera, los Porsche #911 y #912 aparecían con problemas. Aunque pensar en un accidente era lógico, la posición de los daños, rueda delantera derecha para el #912 y rueda trasera derecha para el #911 hacía difícil imaginar que podría haber pasado. Las cámaras del circuito tampoco lograron recoger el momento.
Sin embargo, uno de los cámaras de Aston Martin, que seguía a su piloto, fue testigo de lujo de la maniobra, una maniobra en la que precisamente el Aston Martin estuvo involucrado. Earl Bamber pilotaba el Porsche #912, que tras perder tres vueltas por un problema en el alternador al comienzo de la carrera, había conseguido meterse de nuevo en la vuelta del líder. Llegando a una zona rápida, se encontró con un participante de la categoría GTD, y para evitarlo, se salió al césped, perdiendo el control del vehículo.
La mala suerte hizo que Bamber volviera a ingresar en la trazada, impactando contra el Porsche #911 que justo antes del golpe rodaba detrás suya. Ambos vehículos sufrieron importantes daños y quedaron apeados de la lucha por la victoria.