Segunda carrera de la temporada del Mundial de Resistencia, segundo gran espectáculo de adelantamientos, estrategias y emoción… y segunda victoria de Audi. Las variables parecen no haber cambiado con respecto a Silverstone, y a pesar de que la marca germana no tenía el coche más rápido en el trazado belga, hizo valer la calidad de sus pilotos y una acertadísima estrategia, esa que tantos títulos y victorias en Le Mans les ha dado. El coche #7 ha sido de nuevo su arma victoriosa, con André Lotterer, Benoit Tréluyer y Marcel Fässler al volante.
Una victoria basada principalmente en una estrategia que resolvió una situación complicada. A mitad de carrera, el Porsche #18 les aventajaba en 26 segundos. En sucesivas paradas, decidieron ahorrar juegos de neumáticos para salir por delante con ruedas gastadas, tratar de aguantar posición en pista y contar con neumáticos sin usar al final, llegando a encadenar casi 3 stints de gasolina sin cambiar ruedas. Dicha estrategia tuvo un gran efecto en manos de André Lotterer, que logró contener con eficacia y gran astucia los ataques de Marc Lieb.
Porsche hizo todo lo posible por mantener cerca las diferencias con el Audi, e incluso copió en parte la estrategia, pero fue inútil. A pesar de las bonitas batallas en pista, que se alargarían hasta la hora final, el #7 tenía un colchón de segundos en la última parada que supo gestionar. Completaba el podio el Porsche #17, en una carrera que empezó accidentada para ellos. Rodando en cabeza tras la primera hora, Bernhard cometió un error y se fue por un vial en el Bus Stop, recibiendo por ello un Drive Through. Poco después, sufrieron problemas de suspensión y perdieron una vuelta, suficiente para cercenar sus opciones. Aún así, supieron mantenerse alejados de más problemas.
Del resto no puede decirse lo mismo. En la vuelta 7, intentando sortear el tráfico, el Porsche #19 colisionó accidentalmente con un GTE Pro de su propia marca, el #91. Ambos pudieron regresar a boxes, aunque con daños significativos, sobre todo en el frontal del #19, que les hicieron perder una vuelta. También sufrirían problemas eléctricos posteriormente, y no fueron un factor en carrera. El Audi #8 rodó prácticamente toda la carrera en tercer lugar, a un minuto del líder, hasta que un problema mecánico les quitó de en medio durante 8 vueltas. Poco después también entraría a boxes el Toyota #1, para una reparación aún más exhaustiva que llevó casi media hora.
En LMP2 se llevó el gato al agua Jota Sports, con su Gibson-Nissan #38. Se pusieron en cabeza en la vuelta 46 y ganaron con comodidad, gracias en gran parte a los problemas mecánicos del Ligier-Nissan #26 de G-Drive. La clase GTE Pro vivió un auténtico duelo de titanes entre el Ferrari #51 y el Aston Martin #99. Los británicos se llevaron el gato al agua tras una tremenda disputa en pista, mientras los italianos se caían del podio al final con problemas de motor. Además, Aston Martin también triunfó en GTE Am, con una nueva e indiscutible victoria del #98.