El Káiser es uno de los pilotos legendarios de la historia de la Fórmula 1 gracias a sus grandes hazañas en pista y extraordinarios resultados. Michael ha sido el último héroe que ha llevado a la Scuderia Ferrari a lo más alto durante varios años y de manera consecutiva. Esta dupla había dominado con mano de hierro entre 2000 y 2004, siendo el antepenúltimo gran reinado de un piloto y un equipo, los otros dos han sido Sebastian Vettel-Red Bull y Lewis Hamilton-Mercedes.
El único que fue capaz de detener esta hegemonía había sido Fernando Alonso y Renault. El español recuerda los años que compartió pista con el heptacampeón del mundo y solo tiene palabras de elogio para su antiguo gran adversario.
"Michael no tenía días malos, nunca rendía a un bajo nivel, eso era lo que más me impresionaba cuando llegué a Fórmula 1 y cuando luché por el campeonato contra él. Anteriormente, en toda mi trayectoria y en diferentes categorías, mis rivales tenían días malos, eso lo aprovechabas y sumabas más puntos que ellos. Con Michael, eso no pasaba. Ferrari y él eran imbatibles la mayoría del tiempo".
"Cuando no tuvieron el coche, los neumáticos o no estaban en la ventana óptima, terminaba segundo o tercero. Aunque haya tenido unos malos entrenamientos o una mala clasificación, te lo encontrarías en el podio el domingo. Tenía esta tenacidad, esta disposición para explotar cualquier oportunidad para minimizar daños en los días malos y maximizar en los buenos. Su determinación era asombrosa", concluye el bicampeón del mundo en una entrevista publicada en la web de Aston Martin.