Una fuerte lluvia torrencial sorprendió a la Indycar apenas una hora antes de la carrera. La intensidad del agua cayendo provocó que se formaran pequeños lagos en ciertas zonas del circuito por lo que la carrera tuvo que retrasarse hasta que dejó de llover y los tractores pudieron entrar a pista a drenar estos pequeños lagos.
Con la incertidumbre de si pasaría como en Sao Paulo 2011, donde la cantidad de agua obligó a disputar la carrera el lunes en lugar del domingo, las máquinas comenzaron a finalizar su trabajo, y la Indycar anunció la hora para la bandera verde, aproximadamente dos horas y media más tarde de la hora inicial prevista.
Finalmente se dio el banderazo de salida, con los 23 pilotos presentes montando neumáticos de lluvia y con la previsión de que finalmente se iba a tener que montar neumáticos de seco. El primer incidente no tardó en llegar. Takuma Sato, que a priori se podría considerar como uno de los favoritos por su experiencia en carreras sobre agua, cometió un trompo en una de las curvas más delicadas. Afortunadamente para él, consiguió no perder vuelta y seguir enganchado a la carrera.
Will Power se marchaba de los rivales poco a poco, y únicamente Ryan Hunter-Reay era capaz de seguir su ritmo a unos 3’’ de ventaja. El resto del pelotón ya se iba hasta 10’’ hacia atrás, donde sorprendía un Juan Pablo Montoya ganando posiciones a pesar de llevar 7 años sin competir en agua y un Sebastian Bourdais, al que se le veía demasiado nervioso en pista a la hora de adelantar.
Y precisamente Bourdais fue el causante de la segunda bandera amarilla. El piloto francés en su desesperación empujó al debutante Mikhail Aleshin, que hasta el momento estaba haciendo una carrera destacable rondando el top5. La neutralización se prolongó 4 vueltas en la que Aleshin perdió sus posibilidades y Bourdais fue sancionado con un Stop&Go.
Esta neutralización fue clave, y Oriol Servià estuvo a punto de lograr una maniobra que lo hubiera aupado a las posiciones de cabeza. El catalán, muy retrasado, fue el primero en atreverse a montar slicks, saliendo de boxes apenas unos segundos por delante de Hunter-Reay, un Hunter-Reay que lideraba en esos momentos ya que Will Power había cometido un error de pilotaje en el que se salió de pista y rozó las protecciones laterales, pero en el que afortunadamente pudo mantener la segunda posición.
Pese a los intentos de Servià, Hunter-Reay terminó adelantándole justo cuando se produjo la bandera amarilla, por lo que Oriol quedó atrapado detrás del líder sin poder adelantarlo, por lo que todos pudieron entrar a boxes a poner slicks y Oriol siguió en las posiciones finales. Por apenas un segundo, Oriol se mantuvo en posiciones finales cuando podría haber liderado la prueba.
O mejor dicho, podría haberse mantenido segundo, porque la prueba pasó a ser liderada por el colombiano Sebastián Saavedra, que fue el único que decidió mantenerse en pista con neumáticos de agua mientras sus rivales ya montaron slicks. Con 22 pilotos con neumáticos lisos en una superficie delicada, el incidente era cuestión de tiempo, aunque tampoco se esperaba que éste sucediese bajo bandera amarilla. Carlos Muñoz perdía el control de su vehículo e impactaba contra las protecciones laterales, dejando inutilizable su vehículo.
Tras reanudarse la carrera, fue otro colombiano el que provocó la siguiente amarilla. Juan Pablo Montoya, que venía realizando una carrera sobresaliente quedó empanzado en la grava, aunque no quedó claro si por un error de pilotaje o si por un nuevo empujón de Bourdais. Y para finalizar la racha de banderas amarillas que copó la zona media de la carrera, otro colombiano más. Carlos Huertas sufría un trompo y sacaba a pista el cuarto coche de neutralización.
Tras esta serie de incidentes, las vueltas transcurrieron a buen ritmo. Ryan Hunter-Reay se escaba de sus perseguidores y por detrás un sorprendente Marco Andretti luchaba ferozmente por la segunda posición con Scott Dixon mientras Will Power y James Hichcliffe, muy activos en la primera parte de carrera, perdían algo de fuelle.
La carrera, programada a 100 minutos por los retrasos acumulados llegaba a sus minutos finales cuando un nuevo incidente obligó a neutralizar la carrera. Mikhail Aleshin se salía de pista ligeramente. El piloto ruso “navegaba” por la hierba intentando volver al asfalto hasta la zona de escapatorias se acabó, llevándose con él un muro de neumáticos y dejando la pista llena de porquería. Pese a los intentos de los comisarios, que llegaron en tromba a la zona del accidente, el contador se acababa y la carrera finalizaba bajo bandera amarilla.
Ryan Hunter-Reay repetía la victoria conseguida aquí en 2013 y el equipo Andretti Autosport hacía doblete al colocar a Marco en segunda posición. Scott Dixon salvaba los muebles de un gris Chip Ganassi al finalizar tercero. Detrás, el siempre poco ruidoso Simon Pagenaud que finalizó justo por delante de Will Power, que se mantiene líder del campeonato. Oriol Servià finalizó en vigésima posición. El piloto de Pals intentó estrategias extremas para intentar recuperar posiciones, pero desafortunadamente ninguno acabó funcionando.
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