Fernando Alonso volvió a quedarse sin puntos en este complicado arranque de temporada. El piloto de Aston Martin rodaba en sexta posición en el GP de Mónaco cuando su motor comenzó a perder potencia tras la primera parada. Aun así, aguantó más de veinte vueltas con 160 caballos menos antes de tener que abandonar a pocas curvas de completar la vuelta 38.
Tras la carrera, Alonso detalló que el problema afectó directamente al sistema eléctrico del motor Mercedes: “Desde la vuelta 15 notaba que no tenía batería. Aun así, podía mantener los tiempos más o menos a raya, incluso soñaba con acabar sexto”. Pese al abandono, el bicampeón remarcó que su actuación tanto el sábado como el domingo fue impecable y que no se podía exigir más a sí mismo.
El ovetense quiso dejar claro que la causa del abandono no fue la suerte, sino un fallo de preparación en la unidad de potencia: “No es mala suerte. No es que haya caído un meteorito. Se ha roto el motor porque no estaba bien. Hay seis o siete motores Mercedes en la pista y se ha roto el mío”. Sus palabras evidencian el grado de frustración de Alonso, que suma su segundo abandono consecutivo tras la retirada en Imola.
Mirando a la próxima cita en el calendario, Alonso advirtió que Barcelona podría no ser un circuito favorable para Aston Martin. El trazado catalán será clave para evaluar las mejoras introducidas en Imola: “Tenemos ciertas dudas de estar en Q3 en casa, pero lo intentaremos. Ojalá podamos llevarnos los primeros puntos”. El equipo espera que las novedades técnicas comiencen a dar frutos en una pista más convencional.
A pesar de los resultados, Alonso mantiene la motivación intacta y asegura que su compromiso es total: “Intento entrenarme cada día, prepararme como si estuviese luchando por el Mundial, aunque no tengamos ni un punto. Mientras rinda al 100%, lo demás ya vendrá”. Con ese espíritu competitivo, el asturiano afronta una temporada cuesta arriba, pero sin bajar los brazos.