Mientras el paddock de Abu Dabi se prepara para echar el cierre a la temporada 2025, en los despachos de la Fórmula 1 ya se mira mucho más allá. Stefano Domenicali, máximo responsable de la categoría, ha dejado claro que el inmovilismo no es una opción para el Gran Circo. En unas recientes declaraciones, el directivo italiano ha subrayado que la filosofía del campeonato debe ser la evolución constante. Para Domenicali, los fines de semana de carreras no pueden estancarse en formatos que solo interesan a los ingenieros; el objetivo prioritario es garantizar que siempre haya algo en juego para mantener al espectador pegado a la pantalla.
Uno de los puntos más calientes de esta evolución es el formato Sprint, y la respuesta de Domenicali sobre su futuro no deja lugar a dudas: van a aumentar. Lejos de dar marcha atrás, la organización considera que este sistema ha revitalizado los viernes y sábados, ofreciendo tensión competitiva durante todo el fin de semana. Según el CEO, incluso los sectores más puristas y tradicionales están empezando a valorar las ventajas de tener sesiones donde los pilotos compiten por puntos reales en lugar de dar vueltas de práctica sin incentivos directos.
Pero la renovación no es solo organizativa, sino también humana. La parrilla se prepara para recibir una inyección de sangre nueva con nombres como Kimi Antonelli, Oliver Bearman o Gabriel Bortoleto. Domenicali ha destacado un aspecto fascinante de estos jóvenes: su capacidad de adaptación tecnológica. Los ha definido como pilotos que han crecido bajo el "efecto PlayStation", lo que les otorga una facilidad natural para gestionar la inmensa cantidad de parámetros que requieren los monoplazas actuales, algo que podría convertirse en su gran ventaja frente a la vieja guardia.
Mirando al reglamento técnico, el horizonte también está dibujado. Aunque las normativas de 2026 ya están cerradas y definidas, la directiva avisa de que los cambios no se detendrán ahí y ya se trabaja en nuevas modificaciones a partir de 2027. La intención es mantener una plataforma viva, que no solo crezca en audiencia global, sino que sea capaz de atraer a ese público joven que quizás nunca antes se había interesado por el automovilismo y que ahora llega atraído por los nuevos ídolos.
La Fórmula 1 del futuro inmediato se perfila como un espectáculo total donde cada sesión cuenta. Con un calendario dinámico, más carreras al sprint y una generación de novatos sobradamente preparados, la categoría reina busca asegurar su posición como el deporte de motor más exigente y entretenido del mundo, alejando cualquier fantasma de aburrimiento de los circuitos.