En un vibrante Gran Premio de Estados Unidos, Ferrari se llevó el protagonismo con un imponente doblete, logrando que Charles Leclerc y Carlos Sainz cruzaran la línea de meta en primera y segunda posición, respectivamente. Sin embargo, la atención de la carrera estuvo centrada en la intensa batalla por el tercer puesto entre Max Verstappen y Lando Norris, una pelea que se resolvió fuera de la pista, en los despachos de la FIA.
Norris, tras alargar su primera tanda y beneficiarse de seis vueltas con neumáticos más frescos, puso en aprietos a un Verstappen cuyo rendimiento comenzó a caer. Durante cinco vueltas, el británico acechó al neerlandés con el DRS, y finalmente en la vuelta 52, Norris ejecutó un atrevido adelantamiento por el exterior en la curva 12. No obstante, lo hizo utilizando la escapatoria, después de que Verstappen le cerrara la puerta, lo que motivó una sanción para el piloto de McLaren por salirse de los límites de la pista. Aunque Norris cruzó la meta tercero, la penalización permitió a Verstappen subir al podio.
Desde el inicio, Leclerc y Sainz mostraron un ritmo imparable. Aprovechando la salida agresiva de Verstappen y Norris, el monegasco ganó posiciones hasta colocarse en cabeza, mientras que Sainz también sacó partido del caos para escalar al tercer puesto. Con un SF-24 inquebrantable, los Ferrari controlaron la carrera hasta el final, asegurando un doblete soñado que devuelve algo de brillo a una temporada complicada.
Por otro lado, Max Verstappen, quien llegaba como líder indiscutido del Mundial, no pudo seguir el ritmo de los Ferrari. La escudería austriaca, envuelta en polémica por ajustes en la altura del coche, no encontró la fórmula para dominar como de costumbre, y la carrera de Verstappen estuvo marcada por el duelo con Norris, más que por su persecución del liderato.
La lucha entre Verstappen y Norris no solo tuvo implicaciones en esta carrera, sino también en el campeonato. Con 52 puntos de diferencia entre ambos al inicio del fin de semana, el título está cada vez más reñido. Norris, con su agresiva estrategia, dejó claro que no va a dar tregua a Verstappen en las carreras restantes. La pole position obtenida por el británico en la clasificación mostró que está en plena forma para pelear por el título hasta el final.
El Gran Premio también fue testigo de la despedida de Daniel Ricciardo de la Fórmula 1, tras la decisión de Red Bull de sustituirlo por el joven Liam Lawson. Ricciardo, a sus 35 años, deja un legado de ocho victorias y 256 carreras, marcando una era que ahora llega a su fin.
El fin de semana no estuvo exento de controversias, con la FIA investigando un posible ajuste en la altura de los coches de Red Bull entre la clasificación y la carrera. Aunque no se declararon ilegales, las sospechas empañaron el ambiente y la reputación del equipo.
Con seis carreras por disputar, el Mundial se adentra en su fase final con una emoción que pocos esperaban. Mientras Ferrari celebra su doblete, la atención se centra en la batalla por el título entre Verstappen y Norris. Los dos protagonistas dejaron claro en Austin que el campeonato no está decidido, y cada punto cuenta en una lucha que promete más tensión y emociones fuertes en las semanas venideras.
Los próximos capítulos del Mundial decidirán si Ferrari puede continuar con su racha o si el título finalmente se definirá entre los dos titanes, Verstappen y Norris, cuya rivalidad ha alcanzado su punto álgido en este vibrante GP de Estados Unidos.