El abandono de Kimi Räikkönen en su última carrera en Fórmula 1 no ha sido la despedida deseada. En la vuelta 27, el finlandés había trompeado y golpeó las barreras de la escapatoria de la curva 6, por lo que tuvo que regresar a boxes para cambiar el alerón delantero. Sin embargo, no volvió a la pista al haber un problema de fiabilidad en su Alfa Romeo. A pesar de ser un adiós amargo de la categoría en la que estuvo compitiendo dos décadas, Iceman se marcha feliz porque podrá disfrutar de su vida alejado de las carreras, pero sin olvidar todo lo que ha conseguido.
"Ha sido bueno ver a tanta gente mostrar su aprecio, aunque la carrera no fuera como esperábamos. Tuvimos un fallo después del pit stop, un problema técnico que hizo que termináramos pronto, así son las carreras, pero el resultado no influye sobre cómo fue mi trayectoria".
"Estoy contento por volver a la vida normal, tenía ganas. Sin duda, echaré de menos a personas fantásticas que conocí a lo largo de los años. 20 años han pasado rápido, tengo muchos recuerdos, algunos buenos, otros malos y estos estarán conmigo para siempre".