La FIA ha actualizado el Apéndice B de su Código Deportivo Internacional para reducir las sanciones relacionadas con el uso de lenguaje ofensivo por parte de los pilotos, tras las críticas recibidas por la ambigüedad del reglamento y la dureza de algunas decisiones anteriores. La multa base se ha rebajado a 5.000 euros, y se han incorporado mecanismos que permiten suspender las sanciones en caso de infractores primerizos o valorar las circunstancias atenuantes.
Las medidas llegan después de varias polémicas, como la multa a Adrien Fourmaux por una palabrota durante una entrevista en el Rally de Suecia, o la falta de castigo a Dan Ticktum por expresiones similares en la Fórmula E. Además, la reacción de Max Verstappen, que optó por respuestas mínimas tras una advertencia por lenguaje inapropiado, evidenció el malestar en el paddock. Estas situaciones motivaron una revisión profunda del reglamento.
Uno de los puntos clave de los cambios es la distinción entre entornos controlados, como ruedas de prensa, y no controlados, como las radios en pista, donde el margen para el desahogo emocional será más comprendido. También se sustituirán las multas por sanciones deportivas en casos de abuso a oficiales, y se endurecerá el castigo a comentarios discriminatorios o racistas.
El presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, defendió las modificaciones como una forma de “promover la deportividad sin ignorar la realidad emocional de la competición”. Por su parte, Garry Connelly, presidente de los comisarios de Fórmula 1, valoró que las nuevas directrices darán mayor flexibilidad para juzgar cada situación de forma justa y contribuirán a un entorno más accesible y respetuoso para todos los públicos.