Sergio Pérez ha recuperado la ilusión por la Fórmula 1. El mexicano, confirmado como piloto titular de Cadillac para la temporada 2026, afronta esta nueva etapa con un objetivo claro: competir para ganar y dar la sorpresa. Aunque la marca estadounidense debutará como el undécimo equipo de la parrilla, Pérez no esconde su ambición y habla abiertamente de llegar “pisando fuerte”.
Tras un año alejado de la competición, el piloto de Guadalajara ha utilizado este paréntesis para resetearse mentalmente y prepararse para un desafío completamente distinto. No se trató solo de desconectar, sino de reencontrarse con la motivación y asumir que el camino no será sencillo. Volver a la Fórmula 1 con un proyecto nuevo implica paciencia, trabajo y una mentalidad fuerte, algo que Pérez considera clave tras su etapa anterior.
El mexicano ya ha dado los primeros pasos sobre el asfalto, aunque no todavía con el monoplaza de 2026. Ha rodado con un SF-23 en varias jornadas de trabajo, una experiencia que le ha permitido recuperar sensaciones y, sobre todo, aportar información valiosa al equipo. Ese ‘feedback’ técnico ha sido fundamental para Cadillac, que ve en Pérez una figura experimentada capaz de guiar al proyecto desde sus cimientos.
Más allá del punto de partida, Pérez insiste en que lo verdaderamente importante será la velocidad de evolución. Su intención es empujar al equipo desde el primer momento y acelerar el proceso de crecimiento. Cree que Cadillac puede sorprender si logra progresar rápido y asentarse con solidez en una parrilla cada vez más competitiva.
Consciente de las dificultades, el mexicano asume que el éxito no llegará de forma inmediata, pero la ilusión está intacta. Para Pérez, este regreso representa su gran —y quizá último— proyecto en la Fórmula 1. Un reto personal y profesional con el que busca resarcirse, demostrar su valía y volver a ser protagonista en la categoría reina desde el primer día.

