Carlos Sainz sabía que su realidad en carrera no tenía nada que ver con la clasificación del sábado. El tercer puesto logrado bajo la lluvia fue un mérito enorme, pero también una excepción: en seco, frente a Mercedes, McLaren o Ferrari, la defensa era casi imposible. Aun así, Sainz exprimió al máximo su Williams y cruzó meta séptimo, convertido después en quinto tras la descalificación de los dos McLaren. Un resultado sobresaliente que vuelve a situarle como líder absoluto de la zona media.
El español aguantó todo lo que pudo al principio, pero pronto tuvo que ceder ante George Russell. Más tarde, Charles Leclerc y Oscar Piastri le superaron gracias a estrategias más agresivas y un ritmo que Williams simplemente no puede igualar. En Las Vegas, además, adelantar es más sencillo que en la mayoría de circuitos, lo que complica aún más la defensa cuando el coche rival te supera por dos o tres décimas por vuelta.
Aun así, Sainz dejó claro que, dentro de su ventana real de rendimiento, hicieron un trabajo impecable. Williams fue el mejor equipo de la zona media y la diferencia con sus perseguidores lo confirma: diez segundos de margen sobre Hadjar y solo la remontada de Antonelli —favorecido por una temprana parada en duro que limpió su graining— le privó de un botín aún mejor. “Corrían demasiado los demás y nosotros un poco en tierra de nadie”, reconoció el madrileño en Dazn.
El séptimo puesto original ya era el máximo alcanzable. Y además llega con un sabor especial: en Austin y México, Williams tenía ritmo para algo similar, pero distintos incidentes les dejaron sin premio. En Las Vegas, en cambio, clasificación brillante, carrera limpia y estrategia bien ejecutada. Nada se escapó. Sainz volvió a ser uno de los pilotos más precisos en gestión de neumáticos… hasta que intentar seguir a Antonelli le abrió el graining y le costó una posición que, finalmente, recuperaría.
La doble descalificación de McLaren elevó su séptimo a quinto y esos diez puntos son oro para Williams. “Era lo máximo que podíamos hacer hoy”, insistió Sainz, satisfecho por un resultado que sostiene al equipo y confirma que, cuando se abre una oportunidad, él siempre está listo para convertirla. Una actuación madura, sólida y muy valiosa en un fin de semana en el que el coche no daba para más.