El momento ha llegado: Lando Norris es campeón del mundo de Fórmula 1. En el escenario más simbólico posible, bajo las luces del circuito de Yas Marina, el piloto de McLaren ha puesto el broche a un año impecable y ha conquistado el título que llevaba años persiguiendo. En una final cargada de tensión, con Max Verstappen y Oscar Piastri aún con opciones matemáticas, Norris ha certificado la corona en una temporada que ha elevado definitivamente su nombre a la élite del automovilismo.
El británico firma así la culminación de un camino de siete años en Fórmula 1, desde su debut en 2019 hasta consolidarse como uno de los pilotos más completos de la parrilla. La progresión ha sido continua: primero puntos, luego podios, después victorias… y, finalmente, un Mundial trabajado carrera a carrera. Su 2025 ha sido un ejercicio de madurez, consistencia y gestión bajo presión, incluso con errores puntuales que no han empañado un rendimiento sostenido en todo tipo de circuitos y condiciones.
La clave del éxito ha estado en la regularidad. Más allá del número de victorias o poles, Norris ha sabido maximizar cada oportunidad, sumar cuando el coche no era dominante y gestionar fines de semana complicados sin perder la calma. Esa constancia lo ha mantenido siempre en la pelea frente a un Verstappen que no dejó de presionar y ante un Piastri que también elevó su nivel en su segundo año con McLaren. En Abu Dabi, el británico ha añadido el último capítulo a una temporada redonda.
Con este título, Norris se convierte en el 35º campeón del mundo de Fórmula 1 y el undécimo británico en lograrlo. Lo hace además como uno de los campeones más jóvenes de la historia, entrando en el selecto grupo de pilotos que conquistaron el Mundial antes de cumplir los 27 años. Una confirmación más de su talento y de su papel como referente de la nueva generación de pilotos que están remodelando la narrativa del deporte.
Más allá de los números, el impacto de Norris trasciende lo deportivo. Su estilo de pilotaje agresivo pero limpio, su cercanía con los aficionados y su capacidad para conectar con la audiencia joven han convertido cada paso en un fenómeno. 2025 no sólo lo consagra como campeón, sino como uno de los nombres llamados a liderar la Fórmula 1 del presente y del futuro. Pase lo que pase en 2026, Lando Norris ya es parte de la historia.

