Desde el comienzo de la clasificación, Max Verstappen siempre había estado por detrás de Lewis Hamilton. En la primera ronda, el neerlandés se había quedado a 95 milésimas de su rival, por lo que parecía una lucha ajustada contra los Mercedes. En Q2, la distancia aumentó hasta las tres décimas y ya empezaba a preocupar, aunque ninguno de ellos había mostrado todo su potencial y la Q3 era el momento clave. Sin embargo, el heptacampeón del mundo no había cometido ni el más mínimo error en su vuelta final de Q3 y no hubo nada que hacer, se alzó con la pole con una ventaja de cuatro décimas y media.
Max estuvo conforme con su actuación, pero nunca se hubiese imaginado que la diferencia hubiera sido tan grande. A pesar de este varapalo, lo importante llega mañana, una nueva batalla entre los dos candidatos al título frente a frente.
"Ha sido un fin de semana con altibajos, estuve contento con la clasificación, pero no fui lo suficientemente rápido. Pensé que había tenido una vuelta decente y luego escuché la diferencia y me sorprendió, ha sido muy difícil igualarles. Estoy satisfecho por ser segundo, aunque la distancia con Lewis fue muy grande. No espero ningún milagro, pero estamos en una pista nueva y muchas cosas pueden suceder, nunca nos rendimos. Intentaré dar el máximo como siempre".