Los equipos habían llegado al circuito de Catar con la incertidumbre de no saber cómo iba a ser el comportamiento de su monoplaza y de los neumáticos. Pirelli había apostado por las gomas más duras de su gama, pero hubo sorpresas al superar el ecuador de la carrera del pasado domingo. En la vuelta 33, la rueda delantera izquierda de Valtteri Bottas sufrió un pinchazo, parecía un suceso aislado, aunque luego se repitió en otros coches, los dos Williams y el MCL35M de Lando Norris en la misma rueda.
Con este percance saltaron las alarmas en todos los equipos, por lo que el mensaje que se dio a los pilotos fue que alejaran de los pianos y no fueran al máximo en las curvas rápidas. Estos cuatro pinchazos en coches diferentes provocó que Mario Isola, responsable de Pirelli, saliera a dar explicaciones de las posibles causas.
"La pista de Losail era nueva y relativamente desconocida, así que los equipos afrontaban la carrera con falta de información y con solo una sesión de entrenamientos representativa. Sin embargo, estaba claro que hacer una parada era algo aislado, ya que requería un alto nivel de gestión y algunos pilotos tuvieron problemas con los neumáticos hacia el final. Probablemente esto se produjera debido a la combinación de un desgaste muy alto por los stints largos y el impacto contra los pianos a alta velocidad. Obviamente averiguaremos lo que ha sucedido en nuestra base en Milán".