George Russell firmó una brillante actuación en carrera tras partir desde la tercera posición y cruzar la línea de meta en segunda plaza, solo superado por un Oscar Piastri imperial, que se impuso con una ventaja de 15 segundos.
El piloto británico tuvo que resistir en las vueltas finales los ataques de su compatriota Lando Norris, al que contuvo con maestría para asegurar el doblete del podio para Mercedes y McLaren. Sin embargo, un problema técnico empañó momentáneamente la actuación de Russell. En plena carrera, el coche número 63 desapareció de la tabla de tiempos y comenzó a sufrir fallos electrónicos. En medio del caos, el piloto presionó accidentalmente el botón del DRS cuando no estaba dentro del margen legal de un segundo respecto a su predecesor, algo que no debería haber sido posible debido a las limitaciones del sistema automatizado.
Los comisarios detectaron el incidente de inmediato y citaron tanto al piloto como al equipo tras la carrera. Tras revisar la telemetría, el sistema de posicionamiento y las comunicaciones por radio, la FIA concluyó que el error se debió a un fallo externo del bucle de sincronización proporcionado por un tercero. Russell, que también lidiaba con un fallo en el freno por cable, intentó contactar por radio con su equipo utilizando un botón auxiliar que, además, puede activar el DRS manualmente. Esto provocó que el alerón se abriera durante 37 metros en una recta de 700.
Según el comunicado oficial, el británico ganó 0,02 segundos en ese tramo, pero perdió 0,28 segundos en la siguiente curva. Al no haber ventaja deportiva, los comisarios decidieron no imponer sanción alguna. Russell conserva así la segunda plaza por delante de Lando Norris y Charles Leclerc, en una carrera que estuvo marcada por el dominio absoluto de Oscar Piastri y un nuevo paso adelante de McLaren.