Max Verstappen, tricampeón de Fórmula 1, sorprendió al confesar que su manera de celebrar su victoria en el Gran Premio de Brasil incluyó un momento de desahogo poco convencional. En declaraciones recientes, el piloto de Red Bull relató cómo destrozó una habitación tras cruzar la línea de meta en Interlagos.
El neerlandés explicó que esa acción fue el resultado de liberar toda la tensión acumulada durante el fin de semana. "Fue un evento muy intenso, y, aunque gané, sentí que necesitaba desahogarme", afirmó Verstappen. Su sinceridad al hablar de este episodio ha generado tanto simpatía como críticas en la comunidad de la Fórmula 1.
A pesar de la naturaleza inusual de su reacción, Verstappen insistió en que estos momentos forman parte de su personalidad apasionada. "Siempre he sido alguien que vive las carreras con intensidad, y esa energía necesita salir de alguna forma", comentó. Este episodio es un recordatorio de la presión a la que están sometidos los pilotos de élite.