Gracias a los contundentes resultados en España, Mónaco y Azerbaiyán, el piloto brasileño se hizo con el liderato en la general, el cual ha mantenido desde entonces. Además, la ventaja sobre Théo Pourchaire, el otro candidato al título, fue aumentando con el paso de estos Grandes Premios. La diferencia era de 26 puntos después de la cita de Barcelona, subió a 32 en el Principado y escaló a 49 en Bakú. En las siguientes citas del calendario, Pourchaire fue reduciendo esta distancia poco a poco, siete puntos en Silverstone, dos en Austria y uno en Francia. Aun así, el margen seguía siendo demasiado grande, 39 puntos.
Parecía que Drugovich se iría de vacaciones con un buen colchón en el campeonato, pero las tornas cambiaron en Hungría. El GP había empezado mejor para él que para Pourchaire. En la sprint, el brasileño había finalizado en cuarta posición, mientras que su adversario había perdido muchas posiciones en la primera vuelta al esquivar a Hauger en la curva 1, por lo que cayó hasta el decimosexto puesto. A pesar de este revés, el francés hizo una gran remontada hasta la novena plaza, pero no puntuó.
En la carrera del domingo, la historia fue distinta. Pourchaire adelantó a Drugovich e Iwasa en la primera curva, permitiéndole escalar al segundo puesto. Gracias a la mala parada de Marcus Armstrong, el francés heredó la primera posición. Todo lo contrario fue la carrera del brasileño, su máximo rival le adelantó en la salida, no tuvo ritmo para luchar por el podio y lo peor llegó en las últimas cinco vueltas, cuando le superaron Vesti, Vips y Lawson. Antes de este GP, la diferencia entre ambos era de 39 puntos, ahora es de 21.
Bruno Michel: "Felipe se ha marchado frustrado de Hungría porque no pudo sumar más que siete puntos entre las dos carreras y su cómoda ventaja en el campeonato de pilotos se redujo 18 puntos. Buscará más trofeos y más puntos en las próximas tres carreras", afirma el director de la F2 en su columna habitual post GP.