Hace exactamente un siglo que comenzó a escribirse la historia del Nürburgring Nordschleife, el circuito más reverenciado a nivel mundial - con permiso de La Sarthe, Spa-Francorchamps y otros trazados icónicos. Un circuito que es casi como una religión en Alemania, coincidiendo su carrera magna (las 24 Horas de Nürburgring) con festivos nacionales en los que los alemanes acampan durante casi una semana en masa.
Hans Weidenbrück sugirió en 1925 la construcción de un circuito al consejo de Adenau para disparar la actividad económica y potenciar el turismo en la región del Eifel. Ya en enero de ese año se había fundado el Adenau Automobile Club con Dr. Otto Creutz al frente, pero sería el 18 de mayo cuando se dio oficialmente luz verde al proyecto.
Originalmente, el circuito tenía dos partes diferenciadas: una es el Nördschleife que muchos idolatran a día de hoy, con más de 20 kilómetros de longitud que, en definitiva, era un 'rutero' en la medida en la que sus carreteras unían varios pueblos de la zona con Nürburg como punto central. Ahora bien, más abajo existía el Sudschleife, otro bucle similar con una naturaleza diferente, algo más llana que su contraparte pero con el mismo nivel de dificultad.
Mientras que el Nördschleife se convirtió en institución, un circuito propio - de hecho, la Fórmula 1 lo utilizó desde sus comienzos hasta el accidente de Niki Lauda en 1976 con una horquilla cortando la parte sur, esta se olvidó en el tiempo. Tanto, que parte de su trazado se borró para crear el actual trazado GP mientras que el resto se ha ido olvidando, quedando a día de hoy trazos sueltos.
Es por todo esto que esta edición de las 24 Horas de Nürburgring será aún más especial si cabe, como lo fue la edición 2023 de las 24 Horas de Le Mans coincidiendo con su centenario. Se esperan actos conmemorativos especiales. También es de esperar que la edición 2027 sea especial dado que el Nürburgring como circuito se abrió dos años más tarde.