Jorge Martín alcanzó la gloria el pasado domingo en el Circuit de Barcelona - Cataluña, un 17 de noviembre de 2024 que siempre será recordado. El quinto español campeón mundial de la categoría reina certificó su segunda corona mundialista en un fin de semana marcado por la emoción, siempre con Valencia en el recuerdo.
El madrileño de 26 años afrontaba un momento clave para su carrera, dependía de si mismo para culminar el sueño de aquel niño criado a unos pocos metros del Circuito del Jarama, lugar histórico para el motociclismo (y el motorsport) patrio. La tensión se palpaba en cada curva del trazado barcelonés. Tras esquivar los problemas en una sprint donde Bastianini nos puso el miedo en el cuerpo a más de uno, Jorge partía con 19 puntos de ventaja a la carrera del domingo. El colchón era amplio, pero un pequeño fallo podía echar al traste el sueño de una vida.
La salida fue inmejorable, Pecco Bagnaia mantuvo el mando pero Jorge Martín se colocó en su trasera, aunque duraría poco, pues un gran Marc Márquez le adelantó con mucha prudencia y tiró hacia delante en busca de la rueda de su compañero en el Ducati Lenovo en 2025. Con 'Martinator' en tercera posición emergió la figura de Aleix Espargaró. El piloto catalán, que colgaba el casco al termino de la carrera, defendió con uñas y dientes un cuarto puesto que le privó a Bastianini, con una defensa dura pero limpia que bien vale medio título. Así las cosas, Bagnaia y Márquez se escaparon, quedando 'Martinator' en tierra de nadie protegido por su 'hermano mayor', Aleix, finalmente superado por Álex Márquez.
Tras una carrera que se hizo larga, Jorge Martín cruzó la meta del Circuit de Montmeló por última vez, convirtiéndose así en campeón del mundo de MotoGP. La emoción se desató nada más alcanzar su sueño, hasta fundirse en un emotivo abrazo son su inseparable Aleix Espargaró. La vuelta de honor encumbró al campeón a un olimpo en el que esperaban los más grandes, antes de una celebración donde, emulando a Terminator, le dijo 'hasta la vista, baby' a la familia Ducati, de la que se despide con el título bajo el brazo.
La llegada al parque cerrado continuó con la emotiva celebración de un equipo, el Prima Pramac Racing, que también se despedía de Ducati con la consecución del título. La familia de Jorge Martín le recibió emocionada, en la que las lagrimas y los abrazos dieron paso a una alegría desbordada donde el triunfo se compartía entre todos los integrantes del 'núcleo Martinator'.
Pecco Bagnaia no dudó en felicitar a su rival, a quien aplaudió desde una esquina del podio mientras le veía celebrar. Caballero como pocos. La euforia se desató con el paso de los minutos en el box del '89', en el que caras como Gino Borsoi, Fonsi Nieto o Paolo Campinotti esperaban a su flamante campeón para celebrar por todo lo alto. De esta manera, Prima Pramac Racing y Jorge Martín emularon lo conseguido hace 23 años por Valentino Rossi y Nastro Azzurro en el último año de 500cc, pasando a la historia como el primer equipo privado en conquistar el mundial dentro de la era MotoGP.
Como el propio Jorge Martín comentó en declaraciones posteriores: "se hizo justicia". Y vaya si se hizo.