Tras anunciarse en abril que Liberty Media le compraría a Dorna Sports, actual propietario de la competición, el 86% de las acciones de participación en la categoría, que son mayoritarias, empezó un escrutinio por parte de la UE que se tenía total confianza que la compra, valorada en 4.200 millones de euros, pasaría sin problema.
Pero esto no ha sucedido, la plataforma estadounidense se ha llevado un revés del organigrama oficial del viejo continente, que ha iniciado una investigación escrupulosa de llamada ‘Fase II’ para asegurarse de que esta compra no suponga un impacto muy negativo debido a que este movimiento derive en aumento de los costos de licencias que repercuta gravemente a los organismos de radiodifusión.
Así es como ahora mismo la operación está en stand-by. Ambas partes están condenadas a esperar la resolución que dicta la Unión Europea, que es la que tiene la última palabra para validar que siga adelante el proceso de validación de la compra de MotoGP por parte de la empresa estadounidense que ya posee F1 y toda su estructura de F2 y F3.