Marc Márquez firmó un fin de semana perfecto en el Gran Premio de Tailandia, donde consiguió la pole, la vuelta rápida y la victoria en ambas carreras. El piloto de Cervera arrancó la prueba larga desde la primera posición y rápidamente abrió un hueco de más de un segundo sobre su hermano Álex, que lo seguía de cerca.
Sin embargo, la gestión de las presiones mínimas en los neumáticos obligó al ocho veces campeón del mundo a ceder la posición al #73 en la séptima vuelta. Con total control de la situación, Marc se mantuvo detrás de su hermano sin desgastar más de la cuenta los neumáticos, esperando el momento ideal para recuperar el liderato.
A falta de cuatro vueltas para el final, el mayor de los Márquez ejecutó una maniobra precisa en la última curva, adelantando a Álex sin complicarse y, en apenas cuatro curvas, abrió un margen de casi un segundo. Finalmente, cruzó la meta con 1,7 segundos de ventaja sobre su hermano, que logró contener los ataques de Pecco Bagnaia, tercero en el podio, repitiendo así el resultado de la carrera sprint.
Con esta actuación impecable, Marc Márquez vuelve a saborear el liderazgo del campeonato después de 93 grandes premios. Tailandia sigue siendo un escenario especial para él, ya que en este circuito se coronó campeón del mundo en 2018 y 2019.
Más atrás, Franco Morbidelli finalizó cuarto, tras superar a Ai Ogura, la revelación de la temporada, mientras que Marco Bezzecchi fue sexto, sin poder inquietar al japonés. Johann Zarco terminó séptimo, seguido por Brad Binder, mejor piloto de KTM tras la temprana caída de Pedro Acosta.
El top diez lo completaron Enea Bastianini y Fabio Di Giannantonio, en una carrera en la que Honda y Yamaha volvieron a quedar fuera de los primeros puestos. Jack Miller fue el mejor clasificado de estas marcas, finalizando undécimo, mientras que Joan Mir sufrió una caída cuando rodaba séptimo. Fermín Aldeguer cruzó la meta en la 13ª posición, Fabio Quartararo en la 15ª y Álex Rins en la 17ª.
