“Hicimos una buena carrera. Hice todo lo que pude. Me costó un poco adelantar a Aleix [Espargaró] y cuando me adelantó Maverick [Viñales] no fui capaz de seguirle”, explicaba el piloto el domingo tras la prueba, en la que recibieron la visita del jefe supremo de Suzuki, como se ve en este vídeo.
Rins estuvo enfrascado durante varias vueltas en una dura batalla con sus dos compatriotas. “Aprendimos mucho”, admitió.
El problema que tuvo que afrontar el de Suzuki fue su mala posición en parrilla, ya que durante el fin de semana no encontró la velocidad para cerrar una vuelta rápida y quedó eliminado en la Q1.
“Nos costó gestionar la carrera desde la 15ª posición desde la que arrancamos”, en referencia a la parrilla de salida.
Sin unos entrenamientos sólidos y una puesta a punto adecuada, Rins optó por hacer cambios el mismo domingo por la mañana.
“Probamos una nueva configuración en el warm up y fue un desastre, así que volvimos atrás”.
Le Mans, un circuito ‘stop and go’ no es de los que mejor se adaptan a la Suzuki.
“Hay que mejorar la entrada en las curvas lentas, frenando con la moto inclinada. Este circuito era nuevo para mi en MotoGP y a partir de ahora los conozco todos”, recordó Alex, que se lesionó el pasado año y aún no había pilotado la MotoGP en algunos trazados.
“El asfalto estaba peor de lo que esperaba en algunos puntos, donde se vieron muchas caídas”.
Ahora el Mundial se traslada a Mugello, pero antes los pilotos realizarán un test en Barcelona para probar el nuevo asfalto.
“Tenemos mucho trabajo por delante. En el test de Mugello probamos cosas que ahora hay que reconfirmar”, zanjó el 42.