Los Daytona Prototype acabaron imponiéndose una vez más en la categoría absoluta de Daytona, relegando a los LMP2 a un segundo plano. Chip Ganassi se llevó una nueva victoria tras un bonito duelo final con el equipo de Wayne Taylor, que tuvo un fallo básico de estrategia que le impidió luchar por la victoria.
La carrera estuvo caracterizada por un gran número de cambios en el liderato, desde el Ligier Honda de Michale Shank hasta el anecdótico liderazgo del Mazda LMP2, que se convertía en el primer coche diésel en liderar Daytona, pasando por diversos DP e incluso el recién estrenado HPD ARX-04b de ESM. Incluso el Delta Wing, a manos de Andy Meyrick tuvo un rendimiento excelente, luchando por el podio, al menos el tiempo que duró, ya que tras 42 vueltas tuvo que abandonar por rotura en la caja de cambios, que continúa siendo en tendón de Aquiles del curioso vehículo de Don Panoz.
Tampoco tardaron en quedar relegados de la lucha por problemas mecánicos uno de los ARX-04 así como el Ligier Judd de Krohn Racing, al que se añadieron poco después los dos Mazda LMP2 sin que se llegaran a completar las 200 vueltas. Para desgracia de Honda, la segunda unidad de ESM también sufrió de problemas mecánicos, fruto de un pobre desarrollo de este nuevo LMP2 junto a los predecibles errores de juventud.
El estreno del Riley BMW de Starworks no fue el soñado, pues pese a reunir en un solo coche a Ryan Hunter-Reay, Brendon Hartely y Rubens Barrichello, el cual llegó a liderar, los problemas eléctricos desembocaron en un continuo ir y venir a boxes, que finalizaron en abandono, sumando el séptimo abandono de los prototipos, de los 16 inscritos.
A medida que la carrera llegaba a su fin, la lucha por la victoria quedaba reducida a los Ford EcoBoost de Ganassi, y los Corvette Prototype de Wayne Taylor y Action Express Racing, este último de forma memorable tras conseguir remontar durante la noche las dos vueltas perdidas que acumularon tras quedar detenidos en pista. La unidad #01 decía adiós a sus opciones de victoria cuando un increíble Sage Karam, que sorprendió por su pilotaje, reportaba problemas en el embrague.
El Action Express se descolgaba en la última hora de carrera, quedando el duelo servido entre Scott Dixon, a bordo del Ganassi y Jordan Taylor, a bordo del Konica Minolta for Wayne Taylor Racing. El duelo al segundo quedó mermado por la aparición de una bandera amarilla a poco de finalizar la carrera, donde Jordan Taylor tuvo que bajarse del coche a descubrir su padre que si continuaba hasta el final de carrera iba a exceder el tiempo máximo de pilotaje, siendo sancionados por ello. Los Taylor perdían así sus opciones de victoria, que quedaba en manos de un duelo entre Scott Dixon y Sebastien Bourdais, que se habían juntado gracias a la bandera amarilla.
La carrera se relanzó a falta de solo 7’ del final, sin dar opciones Scott Dixon a Sebastien Bourdais, que sobre el Corvette DP de Action Express se esforzaba en seguir la estela del campeón de la Indycar, sin conseguirlo. La bandera a cuadros hacia su aparición tras 740 vueltas, logrando Ganassi la victoria con una curiosa combinación de pilotos, Scott Dixon y Tony Kanaan, de la Indycar, y McMurray y Larson, de la NASCAR, siendo este último además atípicamente joven.
Bourdais, Fittipaldi y Barbosa se quedaban con la segunda posición a solo un segundo del ganador, con el equipo de los Taylor y Angelelli en tercera posición a 67’’. El Ligier JSP2 de Michael Shank Racing fue el LMP2 mejor clasificado, a pesar de quedarse detenido en pista en las últimas vueltas, lo que le hizo caer hasta el séptimo puesto, undécimo absoluto, aunque llegando a liderar la carrera con el jovencísimo Matt McMurry al volante.