El caso de George Russell es el mejor ejemplo de la poca relevancia y la nula recompensa que tiene marcar una vuelta cronometrada competitiva en los test. El británico ha quedado a casi un segundo y medio del registro más rápido del primer día, el cual fue logrado por Max Verstappen.
El programa de trabajo de Mercedes, como lo ha definido Andrew Shovlin (director de ingeniería del equipo), ha sido ambicioso porque se centraron en hacer pruebas aerodinámicas, entender el nuevo coche, identificar las áreas para mejorar el equilibrio y el rendimiento del W14, aprender y maximizar el tiempo en pista para la recogida de datos.
"Fue genial volver a estar en el coche y tener la primera experiencia real con el W14. Aún es demasiado pronto para decir cuál es nuestro nivel de rendimiento en comparación a la competencia, pero tuvimos un día sin problemas y aprendimos mucho. Hay muchos aspectos positivos que nos llevamos y podemos concentrarnos en maximizar el potencial del coche en los próximos días", concluye el joven británico en el comunicado de Mercedes posterior al día 1.