Mercedes-Benz y Hankook han protagonizado un tenso viernes en Nürburgring, sede de la octava fecha del DTM. Por un lado, el fabricante de Stuttgart ha excedido el límite de ocho motores por temporada en el vehículo de Pascal Wehrlein. Ante esto, se aplicará una penalización al fabricante, cuyo mejor piloto no podrá sumar puntos para el certamen de constructores en la carrera 1. Por otra parte, el proveedor de neumáticos debió reestablecer las presiones mínimas a 1,3 bares por motivos de seguridad.
La jornada del viernes había tenido a Bruno Spengler (BMW) como el más veloz del primer entrenamiento. Sin embargo, el resultado del canadiense se convirtió en un hecho anecdótico frente a dos situaciones que afectar el viernes de Nürburgring.
Mercedes-Benz se vio forzada a efectuar un cambio de motor en el vehículo de Pascal Wehrlein, según informó el sitio Touring Car Times. Con este reemplazo, la marca de Stuttgart excedió el límite de ocho motores que cada fabricante dispone en una temporada. Para este año, la categoría sumó un impulsor más a comparación de 2017, cuando había solo siete. Esto se debió a la inclusión de una décima fecha, lo cual aumentó el kilometraje total que un motor debe afrontar en todo el calendario.
Al violar el artículo 28.5 de las regulaciones deportivas del DTM, Mercedes-Benz ha sido penalizada para la primera carrera de Nürburgring. El piloto de la marca que termine en la mejor ubicación de dicha competencia no podrá sumar puntos para el campeonato de constructores. Pese a lo radical de la medida, el castigo no tendrá efectos sustanciales para el fabricante de Stuttgart, ya que domina dicho certamen con una inmensa ventaja de 319 puntos respecto de BMW.
Además de esta situación, se ha presentado una polémica adicional con los neumáticos. Hankook ha detectado que varios equipos del DTM planeaban afrontar las competencias del fin de semana con presiones de aire excesivamente bajas en sus compuestos. Esto se haría con el fin de alterar las estrategias para anticipar las paradas en boxes y así conseguir evitar el tráfico. Según indicó el proveedor, los límites llegaban a un margen muy peligroso, por lo que se decidió reestablecer la presión mínima a 1,3 bares.
"Descubrimos que algunos equipos tenían presiones muy bajas", dijo el ingeniero jefe de Hankook, Thomas Baltes, a Touring Car Times. "Para ellos podía ser normal comenzar la carrera con una presión por debajo de un bar. Sin embargo, esto puede causar problemas al atacar los bordillos y es una práctica muy riesgosa. Establecimos un nuevo mínimo por razones de seguridad. Básicamente, ahora les será imposible correr prácticamente toda la carrera con solo un juego de neumáticos”.
Esta última ha sido la única certeza que Hankook pudo proveer, ya que aún resta conocer cuanta injerencia tendrá esta modificación en las estrategias de carrera. "Todavía tenemos que ver cómo se comportan los neumáticos con el nuevo mínimo, ya que otros factores como la composición del asfalto, la temperatura y las condiciones climáticas también tienen un efecto. Por eso, aún no podemos determinar en cuanto se afectarán las estrategias de paradas en boxes”, concluyó Baltes.