Simon Pagenaud hace historia y Servià roza la gloria

El Grand Prix of Indianpaolis, la nueva prueba rutera que sirve desde este año como apertura del mes grande de Mayo que culminará con la disputa de las 500 millas de Indianápolis ya tiene su primer ganador, el francés de Schmidt Peterson, Simon Pagenaud.

Una carrera que comenzó de forma trabada tras un gran accidente inicial. Sebastián Saavedra salía en pole position pero desafortunadamente calaba el motor con el apagado del semáforo. Como suele ocurrir en estos casos, la mayoría de pilotos lo esquiva hasta que las unidades más retrasadas llegan a gran velocidad y se quedan sin tiempo de reacción al encontrar un objeto inmóvil. Fue su compatriota Carlos Muñoz el primero en impactar con el coche de Saavedra, afortunadamente de forma algo lateral. Seguidamente, el ruso Mikhail Aleshin golpeaba completamente de lleno levantando en el aire el coche del colombiano en un violento choque.

La acción afortunadamente se saldó únicamente con daños materiales, pues los pilotos iban abandonado sus coches algo aturdidos por el golpe mientras el público les vitoreaba tras confirmar que estos duros golpes quedaban en nada. Este accidente trajo consigo una bandera amarilla que consumió las primeras 7 vueltas de las 82 de las que constaba el gran premio y se saldó con los abandonos del propio Saavedra, Muñoz y Aleshin, además de dejar dañado el coche de Mike Conway, que en la maniobra de esquivo golpeó ligeramente el muro, y que precisó de una reparación que se demoró durante casi 20 vueltas.

El piloto español Oriol Servià también sufrió las consecuencias de tan duro accidente, pues los numerosos restos del accidente golpearon su monoplaza provocando desperfectos que iban siendo solucionados a cada vuelta que duraba la bandera amarilla, en la que Oriol se detenía durante unos segundos en boxes. Servià se encontraba justo detrás de Muñoz en el momento del impacto, y arrastró la rueda junto a otros desperfectos durante una distancia considerable. Juan Pablo Montoya pareció ser el único beneficiado por el accidente, pues como Saavedra, él también caló el motor. Sin embargo, la neutralización le permitió continuar en carrera sin perder vuelta

Tras la resalida, llegaba la sorpresa. Ryan Hunter-Reay, que se había quedado en el liderato era atacado por el novato Jack Hawksworth, y más tarde por Simon Pagenud, que lo relegaban a un tercer puesto. Lo de Hawksworth no era fruto de la casualidad, pues el piloto británico demostró tener un verdadero misil, metiendo tiempo por vuelta a sus rivales en un pulso que solo le aguantaba Simon Pagenaud. Momento estable de la carrera, en el que también se realizaron las primeras paradas en boxes bajo bandera verde sin mucho cambio en pista. Esta situación de tranquilidad duró hasta el ecuador de la carrera, momento en el que se produjo la segunda bandera amarilla.

Will Power alcanzaba a un Scott Dixon que iba perdiendo fuelle y le adelantaba en la recta de meta. El actual campeón de la categoría intenta devolverle el adelantamiento en la curva 3, sin lograrlo, y además finalizando con un trompo que le dejó empanzado en la grava, provocando la segunda neutralización de la carrera. Segunda, que no sería la última. En la vuelta 48, a la segunda vuelta de darse la bandera verde tras el percance de Dixon, el debutante Martin Plowman perdía el control de su Dallara DW12 en una de las frenadas fuertes que preceden a un ángulo recto, llevándose puesto a Franck Montagny, y subiéndose literalmente encima del coche del francés.

El coche de Montagny quedó sin alerón trasero y sin cubierta de motor, y aunque el francés intentó llegar a boxes, en la siguiente frenada se fue largo, lo que le llevó a pensar que era mejor detenerse, provocando la tercera neutralización de la carrera. De manera sorprendente, el coche de Martin Plowman continuó en pista, sin daños, y sin tan siquiera detenerse en boxes para evaluar el estado del coche. La Indycar Series volvió a dejar patente dos cosas; que sus monoplazas son realmente resistentes, y tener un criterio para sancionar difícilmente entendible, pues la maniobra de Martin, un claro error de pilotaje que dejó fuera de carrera a otro rival, no tuvo ninguna consecuencia para él.

Y no es la única decisión del campeonato que está creando controversia. La Inycar eliminó las salidas a doble fila por los percances que solían producir las resalidas a fila doble. Sin embargo, tras cuatro carreras con resalida a fila única, no se puede decir que éstas estén yendo mucho mejor, como así evidenció la siguiente resalida, en la que Juan Pablo Montoya aceleró antes de tiempo empujando a Graham Rahal que golpeó el muro y se vio obligado a abandonar, provocando la que sería la última bandera amarilla de la carrera, dejando por delante casi 30 vueltas de bandera verde en las que se decidió el ganador de la prueba.

Las tres banderas amarillas en apenas 10 vueltas dejaron estrategias cruzadas en pista. Uno de los favoritos, Hawksworth, perdería pronto el tren de la victoria, al tener que realizar un pit stop que le retrasó y le alejó de la lucha por la victoria. Sin embargo, el que pudo salir como gran beneficiado de estas locuras de estrategias, fue el piloto español Oriol Servià. Sin nada que perder, el equipo de Bobby Rahal intentó una estrategia arriesgada que estuvo cerca de salir bien.

Oriol adelantaba en pista a Ryan Hunter-Reay y más tarde a Simon Pagenaud y comenzaba a marcar vuelta rápida tras vuelta rápida. Los rivales entraban a boxes y Oriol quedaba en pista como líder en la vuelta 71, a 11 de terminar. Desafortunadamente, en los cálculos del equipo de Bobby Rahal debía haber una bandera amarilla, que finalmente no hubo. A solo 4 vueltas del final Oriol entraba en boxes para un repostaje rápido. Para colmo de males, y cuando las previsiones le colocaban en el séptimo lugar, Oriol sufrió problemas de embrague a la hora de volver a pista, perdiendo unos valiosísimos segundos que le hicieron caer hasta el duodécimo lugar.

Todo podría haber sido muy diferente si dirección de carrera hubiera neutralizado la prueba en uno de los incidentes más confusos vistos durante la carrera. James Hinchcliffe dijo a sus muchachos “oh my god” al mismo tiempo que detenía su vehículo sin ningún problema aparente, para más tarde descubrir que el canadiense había sufrido el golpe de un gran trozo de carbono en su casco. James fue evacuado en camilla, protagonizando el gran susto de la jornada.

Simon Pagenaud tomó el relevo de Oriol Servià rodando las últimas cuatro vueltas casi a placer a pesar de los inocentes intentos de Ryan Hunter-Reay por recuperar el liderato. En tercera posición, Helio Castroneves, justo por delante de Sebastien Bourdais y Charlie Kimball. Jack Hawksworth se conformaba finalmente con el séptimo lugar. Pagenaud conseguía la tercera victoria de su carrera deportiva en la Indycar, tras las logradas la pasada temporada en Detroit y Baltimore,  y por su regularidad, se convierte en uno de los favoritos al título de campeón.



Resultados de carrera
Clasificación general