España ha superado los 100 podios en Fórmula 1 gracias al talento de Fernando Alonso y Carlos Sainz, pero el primero de todos llegó hace casi siete décadas. Fue el 14 de julio de 1956, en el Gran Premio de Gran Bretaña en Silverstone, y lo firmó Alfonso de Portago, un aristócrata español convertido en piloto, que corrió para Ferrari en una época donde compartir coches era algo habitual.
En esa sexta cita del Mundial, Ferrari alineó cinco monoplazas y el triunfo fue para Juan Manuel Fangio. La historia, sin embargo, la escribió el coche número 4. Peter Collins lo llevó hasta la segunda posición, pero ese monoplaza no era originalmente suyo: se lo había cedido Alfonso de Portago, que había llegado a rodar en tercera posición antes de bajarse del coche en la vuelta 70. El británico había abandonado con su Ferrari en la vuelta 64 por un problema mecánico.
Gracias a la normativa de la época, que permitía a dos pilotos compartir un coche durante la carrera, ambos figuraron oficialmente como segundos clasificados. Así, sin ver la bandera a cuadros, pero tras haber completado 70 de las 101 vueltas del GP, el Marqués de Portago firmó el primer podio español en la historia de la Fórmula 1. También sumó un décimo puesto adicional al haber compartido otro coche con Eugenio Castellotti.
Ese fue el único podio en la carrera de 'Fon' de Portago, quien fallecería apenas un año después en la Mille Miglia. Su gesta quedó en el olvido durante mucho tiempo, hasta que Fernando Alonso cambió la historia del automovilismo español con 106 podios, 32 victorias y dos títulos mundiales. A él se sumaron después Pedro de la Rosa —tercero en Hungría 2006— y un Carlos Sainz que ya acumula 27 podios.
En Silverstone se vuelve a mirar al pasado en un dia como hoy. En ese trazado nació el primer podio español en la Fórmula 1, una historia peculiar de mecánicas compartidas, esfuerzo y herencia, que hoy se suma a una cifra ya redonda: 135 podios para España en la máxima categoría.