El nuevo piloto de la escudería de Fórmula 1 Ferrari, Carlos Sainz, se subirá por primera vez a un monoplaza de la formación del Cavallino Rampante a mediados de la próxima semana. El ensayo tendrá lugar en Fiorano, circuito de pruebas que poseen muy cerca de la fábrica en Maranello.
Debido a las normas que establece la FIA para estos ensayos en los que solo se pueden realizar con bólidos de dos o más años de antigüedad, conducirá un SF71H, con el que lograron seis triunfos y 24 podios en 2018. Aunque podrían haber seleccinado el coche de 2019, se han decantado por el SF71H, ya que ofrecía una mayor disponibilidad. No en vano ya había sido empleado en diversas ocasiones por miembros de la Escuela de Jóvenes Piotos de Ferrari en 2020.
De este modo, la fuerza italiana quiere aprovechar al máximo el posible tiempo de rodaje posible en una campaña donde los ensayos de pretemporada se han reducido a solo tres jornadas por equipo, es decir, un día y medio para cada corredor.
Dicha circunstancia supondrá un serio contratiempo para aquellos competidores, como es el caso de Sainz o de su amigo Fernando Alonso, que se estrenen en un equipo nuevo. Sin duda, que esa limitación en los entrenamientos, provocará que el proceso de adaptación sea más largo de lo habitual, y que los recién llegados no alcancen su rendimiento óptimo hasta que se hayan disputados varios Grandes Premios.
Precisamente, para compensar en la medida de lo posible dicha situación La Scuderia tiene previsto realizar ese ensayo, donde el ‘55’ puede ir acumulando kilómetros para conocer mejor los métodos de trabajo de la formación roja y los sistemas tecnológicos que incorporan sus bólidos. Al mismo tiempo, tendrá la posibilidad de comenzar a desarrollar su labor junto al que será su nuevo ingeniero de pista Riccardo Adami.
En principio, Ferrari tiene previsto que junto a Sainz participe en la prueba Charles Leclerc. Sin embargo, se mantiene en el aire la presencia del monegasco, después de que la semana pasada informara de que había dado positivo por COVID en un análisis realizado tras estar en contacto con una persona infectada.
El nuevo piloto de la escudería de Fórmula 1 Ferrari, Carlos Sainz, se subirá por primera vez a un monoplaza de la formación del Cavallino Rampante a mediados de la próxima semana. El ensayo tendrá lugar Fiorano, la pista de pruebas que los italianos poseen a tan solo un kilómetro y medio de distancia de la fábrica en Maranello.
Debido a las normas que establece la FIA para estos ensayos en los que solo se pueden realizar con bólidos de dos o más años de antigüedad, conducirá un SF71H, correspondiente a la temporada de 2018.
De este modo, el conjunto transalpino quiere aprovechar al máximo el posible tiempo de rodaje posible en una campaña donde los ensayos de pretemporada se han reducido a solo tres jornadas por equipo, es decir, un día y medio para cada corredor.
Dicha circunstancia supondrá un serio contratiempo para aquellos competidores, como es el caso de Sainz o de su amigo Fernando Alonso, que se estrenen en un equipo nuevo. Sin duda, que esa limitación en los entrenamientos, provocará que el proceso de adaptación sea más largo de lo habitual, y que los recién llegados no alcancen su rendimiento óptimo hasta que se hayan disputados varios Grandes Premios.
Precisamente, para compensar en la medida de lo posible dicha situación La Scuderia tiene previsto realizar ese ensayo, donde el ‘55’ puede ir acumulando kilómetros para conocer mejor los métodos de trabajo de la formación roja y los sistemas tecnológicos que incorporan sus bólidos. Al mismo tiempo, podrá comenzar a desarrollar su labor junto al que será su nuevo ingeniero de pista Riccardo Adami.
En principio, Ferrari tiene previsto que junto a Sainz también participe en la prueba Charles Leclerc. Sin embargo, se mantiene en el aire la presencia del monegasco, después de que la semana pasada informara de que había dado positivo por COVID en un análisis realizado tras estar en contacto con una persona infectada.