Que FIA y Fórmula 1 tienen un problema con la lluvia no es novedad, y si a esa ecuación le sumas el Circuito de Spa-Francorchamps podemos estar ante uno de los grandes quebraderos de cabeza de la era moderna del máximo campeonato del automovilismo.
Con las distintas tragedias que han sacudido el "Gran Circo" en los últimos años, tanto FIA como F1 están trabajando por reducir al mínimo la exposición de los pilotos a condiciones extremas. A ello hay que sumarle que los dos últimos accidentes fatales en monoplazas han ocurrido en la misma zona del Circuito de Spa, lo que ha llevado a los dirigentes del campeonato a no asumir ningún riesgo.
Si en 2021 ya tuvimos una edición para el recuerdo por la "no carrera" en Bélgica debido a las precipitaciones que imposibilitaron el normal desarrollo de la prueba, este fin de semana la lluvia volvió a ser protagonista y nos trajo recuerdos de ese mismo Gran Premio.
Con unas condiciones meteorológicas que complicaban la visibilidad de unos F1 que expulsan grandes cantidades de "spray", dirección de carrera optó por ser lo más conservador posible, ya que bajo ningún concepto querían que ocurriese ninguna tragedia como la reciente de Dilano Van´t Hoff, quien perdió la vida en un accidente similar al de Antoine Hubert pero bajo condiciones de mojado.
Si a los problemas de visibilidad de la F1 moderna bajo lluvia le sumamos los trágicos precedentes del circuito belga, parecía imposible que tanto FIA como los principales protagonistas salieran a correr con unas condiciones de poca visibilidad, lo que llevó a retrasar el inicio de la clasificación, la clasificación Shootout y la Sprint, además de las carreras de F2 o F3. Todas ellas fueron retrasadas por las condiciones de lluvia, siendo la más llamativa la de una Sprint donde los pilotos dieron cuatro vueltas tras el Safety Car antes de empezar la carrera con una salida lanzada, parando la gran mayoría de pilotos justo cuando salió la bandera verde para cambiar los inútiles neumáticos de lluvia extrema por los intermedios.
Con los precedentes conocidos, estaba claro que los riesgos a tomar iban a ser mínimos, lo que llevó a muchos a preguntarse lo mismo, ¿Estamos cerca del fin de la F1 bajo lluvia? La respuesta es mucho más compleja de lo que parece, pero tras comprobar el "modus operandi" de dirección de carrera y al ver que no consiguen encontrar una solución más allá de retrasar sesiones, no parece tan descabellado que en un futuro no muy lejano se pueda optar por esa decisión.
Para los aficionados incondicionales de la categoría (entre los que me incluyo) parece increíble el haber llegado a este punto, pero a tenor de los visto en las últimas ocasiones, y al ver que nada cambia al respecto, parece más que evidente que esta posibilidad estará encima de la mesa de los responsables del campeonato.