Lawrence Stroll lo tiene claro: no descansará hasta ver a Aston Martin en lo más alto de la Fórmula 1. El empresario canadiense, propietario del equipo desde 2018, ha vuelto a reafirmar públicamente su compromiso con el proyecto y su determinación de convertir a la escudería de Silverstone en campeona del mundo.
Podría decirse que la aventura de Stroll en la F1 comenzó a mediados de 2018, cuando lideró el consorcio que salvó a Force India de la quiebra. Aquella estructura se transformó en Racing Point y, más tarde, en 2020, dio el salto definitivo con la compra del 16,7% de Aston Martin —una inversión de 182 millones de libras—. Desde entonces, el objetivo ha sido siempre el mismo: llevar a la marca británica al campeonato del mundo.
En una entrevista reciente en el canal oficial de YouTube de Aston Martin, Stroll mostró su carácter competitivo y su inquebrantable ambición. “Soy implacable. No me rindo hasta completar la misión. Y en este caso, la misión es ser campeones del mundo”, afirmó con determinación. Además, reconoció que la Fórmula 1 es el desafío más intenso de su vida: “He tenido mucho éxito en todas las empresas que he hecho. Pero ésta es la más apasionada, la más sentida, la que más me impulsa, me entusiasma y también me frustra. Cuando decepciona, eso duele más”.
El canadiense, sin embargo, es consciente de que el camino hacia el éxito no es corto ni sencillo. “En este negocio hay muchas decepciones. Hay muchos bajos antes de llegar a los altos. Así que es cuestión de ser paciente, una palabra con la que lucho en mi vocabulario”, reconoció entre risas. Cuando asumió el mando, Stroll habló de un plan a diez años para convertir a Aston Martin en un equipo campeón, un plazo que ya se encuentra en su ecuador. “Dije, cuando compré el equipo, que sería un viaje de diez años para ganar un campeonato del mundo de Fórmula 1. Ganar, para eso estamos aquí. El éxito se mide por cómo rindes. Aquí hay un cronómetro que determina todo”.
El canadiense sabe que 2026 será un año clave. La llegada de la nueva normativa técnica, con cambios profundos tanto en la aerodinámica como en las unidades de potencia, representa una oportunidad única para que Aston Martin dé el gran salto. Con la incorporación de Adrian Newey como director técnico y unas instalaciones de vanguardia en Silverstone, el equipo quiere construir las bases de un futuro ganador.
Aun así, Stroll mantiene los pies en la tierra. Sabe que incluso con un equipo técnico de primer nivel, ganar no está garantizado. Pero su mensaje no deja lugar a dudas: la paciencia tiene límites, pero su ambición no. “Será un camino largo, con altibajos, pero no pienso rendirme hasta ver a Aston Martin campeón del mundo”, concluyó.